LVI

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Altagracia

-Adiós tía Regina y Mariana, bye Matías, bye Cris, bye..

Mi hija se despide de todos en cuento menciona la palabra "abuelo" se me remueve todo y otra vez siento náuseas, haré lo posible porque ella no sea muy partícipe de esta farsa.

-Adiós Eduardo

-Hasta pronto, espero ser invitado para conocer a mi nieto

-Con o sin invitación, llegarás, como hoy ¿no?- irónico- buenas noches

-Altagracia, ¿ya te sientes mejor?

-Sí, no fue nada, buenas noches Eduardo

Lo veo alejarse y cuanto salen todos suspiro de alivio, bueno, casi todos. Las mejores amigas de Zoe se quedaron para la pijamada, pero yo no creo poder aguantar un segundo más.

-Ya párate, te quedarás dormida ahí

-Estoy cansada- toco mis senos- duelen- lloro- este es el embarazo más harto de mi vida

-No digas eso- la cargo- Mónica, ¿puedes cuidar a las niñas un momento por favor?

-Claro, si yo también voy a la pijamada- sonrío- bye ma'

-Nos vemos en cinco minutos mi vida

Subimos a la habitación y me deja encima de la cama, lo acerco de la corbata y me apodero de su boca. Quiso su saco con rapidez y continúo con los botones de su camisa.

-No que no tenías ese no sé que de libano

-Libido- me burlo- ya cállate y hazme tuya

-Ya eres mía- la beso- pero no tenemos tiempo

Rompe mi vestido dejándome atónita pero no pude refutar ya que terminó de sacarlo e inmediatamente volvió a mis labios, gemí al sentir sus manos en mis pechos, están más sensibles de lo normal.

-Abre los ojos- rompo sus bragas

-Que salvaje, ¿piensas dejarme sin ropa?- veo como tira las telas

-Esa es la idea- sonrío

Me mira por completo con una estupida sonrisa y vuelve a besarme, muerdo su labio al sentir su mano en medio de mis piernas, fue cuestión de segundos para que me volviera todo un mar de fluidos con solo jugar con mi punto nervioso a su antojo.

Separa mis piernas penetrandome con dos de sus dedos, y luego otro, y otro.

-Amor- jadeo- Lu..luis- agarro su brazo

Poco me hizo caso, continúa su trabajo hasta que se le dio la gana, le encanta verme así, desesperada. Se quita todo liberando a ese trozo de carne que muero por probar una vez más.

-Te extrañé- sonrío

Lo empujo muy a mi pesar y me posiciono sobre mis rodillas, llegó mi momento. Luego de jugar con su glande bajo su atenta mirada, paso mi lengua por la punta, su mandíbula se tensiona e instintivamente, lleva su mano a mi cabello. Cuando creí tener el control de la situación se abre paso en mi cavidad bucal, aparto su brazo y continúo a un ritmo tortuoso para él.

Veo su expresión y aumento el ritmo un rato más, siento como se aleja con delicadeza y pasa su pulgar por mis labios. Desliza su mano por mi cuello hasta rodearlo y empujarme obligándome a acostarme, separa mis piernas y entra lentamente en mí provocando un gemido en ambos. Amo lo rudo y delicado que puede llegar a ser.

 Amo lo rudo y delicado que puede llegar a ser

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Protege A Zoe (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora