Protege A Zoe (+18)

IV

Altagracia

-Tengo 15 minutos para tomar una decisión- me pongo pestañina

-Es que no entiendo, ¿por qué te tienes que casar?

-No tengo que hacerlo, pero tenemos un plan, bueno más bien es el plan de José Luis, yo poco lo entendí porque mi cabeza estaba en otras cosas cuando me explicó, lo único que sé es que si nos unimos, podremos proteger mejor a Zoe

-¿Zoe?

-Se llamará Zoe

-¿Y cómo sabes que es niña?

-Solo lo sé- doy de hombros

-Altagracia te noto tan diferente, creo que más preocupada estoy yo que tú misma

-Bueno, quién te entiende- doy de hombros- me dijiste que "esto es lo más hermoso que podía pasarme" y debía estar y feliz y no sé que más, pues bien, estoy haciendo mi mayor esfuerzo

-Ok, está bien, pero ten cuidado, no tomes decisiones a la ligera- me acerco- nos vemos en la noche

-¿A dónde vas?

-A buscar un nuevo depa con Daniel- la veo- no pongas esa cara, pues consideré que si tú regresas con José Luis  después de tantas cosas, yo por qué no le iba a dar la oportunidad a Daniel

-A mí no me metas en tus cochinadas Regina, pero sabes qué, ya te dije que ese asunto me tiene sin cuidado, bastantes problemas ya tengo- me pongo los aretes- me voy a llevar a Temo, los demás guaruras están a tu disposición, me avisas cualquier cosa- me paro

-Ok, cuídate 

-Adiós príncipe- digo con ternura- ya falta poco- toco su panza

-casi cuatro largos meses

-se hará muy rápido, te lo aseguro- beso su mejilla

Salgo de la casa y entro a la camioneta, quien sabe porqué hoy estoy de buen humor pero me siento bien y ¿emocionada?, no lo sé. Dejaré que todo fluya.

Llegamos a la hacienda y ya estaban mi  abogado y la de José Luis esperándonos, pero él no aparece por ningún lado.

Le sonrío con burla a la abogada de Luis al ver la cara que trae, está que no cabe en la tierra. Demasiado ilusa.

-Bueno, si en 5 minutos no llega, pue..

Se escucha la camioneta estacionarse y aparece el rey de Roma, ¡y herido!.

-¡Altagracia!

-José Luis- corro- ¿qué pasó?, ¿quién te hirió?- evito tocar su pierna- ayúden imbéciles, no se queden ahí

-Lo íbamos a llevar a el hospital pero no quiso Doña

Llamé inmediatamente a un médico y le dije a los abogados que se fueran. Voy por unas pinzas, alcohol e hixodine.

-No podemos esperar que llegue el doctor, estás perdiendo mucha sangre- digo preocupada- respira- le hago un amarre

-Ah- grito- ¿qué haces?

-Te la voy a sacar- le paso una almohada- quédate quieto

Sacarle la bala fue todo un desafío, sé que duele pero aún así es muy dramático, a mí me ha tocado sacarmelas yo misma y no lloro tanto, en fin.. Los hombres suelen ser más dramáticos, cosa que me da risa, verlo así.

-Listo, exagerado- le quito la almohada-  ¿cómo te sientes?- corto el hilo

-Mal- trato de respirar- ¿crees que es como extirpar un grano nada más?