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El equipo de porristas siempre se reunía a las afueras del campus, practicando a un lado de los monos de fútbol y siempre nos reunimos frente a las gradas teniendo un pequeño espacio reservado.

Sarah, con su entusiasmo y energía contagiosos, nos dirigía con mano firme. Nos corregía, ajustaba nuestras posturas y nos motivaba a dar lo mejor de nosotras en cada rutina.

La sincronización era clave, y debíamos asegurarnos de mantenernos en perfecta armonía durante todo el rendimiento.

Mientras platicábamos los movimientos, los monos del equipo de fútbol ocasionalmente pasaban cerca, observando nuestros ensayos. A veces nos dedicaban una sonrisa o nos animaban con un aplauso.

Entre ellos estaba Jungkook, que no se cansaba de fastidiar.

Después de varias rondas de práctica, finalmente llegó el momento de ejecutar la coreografía completa. Con gran energía y pasión, realizamos los saltos, piruetas y acrobacias que habíamos perfeccionado.

Nuestros movimientos se sincronizaban a la perfección, llenando el aire con una explosión de color y entusiasmo.

—Bien chicas, y con eso hemos terminado—anunció mi amiga a lo que yo agradecí mentalmente porque estaba a punto de desmayarme.

Rápidamente tomé mis cosas avisando a Sarah y a Heather que estaba en la practica por Taehyung que iría a la biblioteca. 

Luego de una ducha rápida tomé mi bolso y enseguida fui a la biblioteca. Estaba completamente exhausta pero determinada.

El ambiente de la biblioteca siempre me había resultado reconfortante. El silencio, interrumpido solo por el suave susurro de las páginas pasando y el tecleo ocasional de una computadora, me ayudaba a enfocar mis pensamientos.

El camino a la biblioteca me daba un momento de reflexión. Recordé cómo mis padres se habían mudado a Corea cuando era pequeña. La adaptación no había sido fácil, pero con el tiempo, este lugar se había convertido en mi hogar. 

A veces, extraño mi vida en América, especialmente a mis amigos y familiares que quedaron atrás. Pero también me doy cuenta de lo mucho que he crecido y aprendido aquí. He hecho amistades valiosas y he vivido experiencias que nunca habría tenido de otro modo.

Llegué a la biblioteca y al entrar, me di cuenta de que estaba más llena de lo habitual. Todas las mesas de estudio parecían ocupadas, y el murmullo constante de las conversaciones creaba un ambiente un poco agitado.

Decidí ir a buscar un libro mientras esperaba a ver si se desocupaba algún lugar. Me dirigí a las estanterías de la sección de historia, recordando algunos de los títulos que necesitaba para mi proyecto. 

De repente, mientras doblaba una esquina en busca de un libro, me choqué de frente con alguien. Mis libros cayeron al suelo, y cuando levanté la vista, me encontré cara a cara con Jungkook.

—¿Otra vez tú?—dije, frunciendo el ceño mientras recogía mis cosas.

Jungkook soltó una risa suave y se inclinó para ayudarme.

—Parece que el destino nos sigue juntando, ojitos lindos.

—¿Puedes dejar de llamarme así?—respondo, irritada—, ¿Qué haces aquí?

—Lo mismo que tú, supongo. Buscando un libro para hacer la clase—dijo, entregándome los libros que había recogido— Aunque parece que te encuentras con problemas en cada paso.

—No necesito tu ayuda, Jungkook. Estoy bien—dije, tomando los libros de sus manos y levantándome. 

—Claro, claro. Solo intentaba ser amable —dijo con una sonrisa burlona—, ¿Sabes? Podríamos aprovechar este encuentro para trabajar juntos en el proyecto.

Drugs on Money +18 ||JJK||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora