Drugs on Money +18 ||JJK||

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Pasaron varios días en la nueva mansión, un tiempo que se sintió eterno. La tensión en el ambiente era constante, como si todos estuviéramos esperando algo que nunca llegaba. Jimin, Namjoon, y los demás se mostraban atentos y dispuestos a protegerme en cada momento, pero la incertidumbre persistía, y mi mente no dejaba de dar vueltas.

Jeon Dae había logrado infiltrarse en la otra casa sin ser detectado, y aunque aquí estábamos rodeados de guardias y en un lugar aislado, la sensación de peligro nunca desaparecía. 

Me habían prohibido salir solo, y la mayor parte del tiempo lo pasaba en la sala de entrenamiento o en la biblioteca, esperando alguna señal de que las cosas se estaban aclarando.

Había pasado días preguntándome cuándo vería al padre de Jimin nuevamente. Johan Park había prometido mantenernos a salvo y ayudarme a entender lo que estaba sucediendo.

Sin embargo, en lugar de Johan, fue el profesor Ryand quien entró en la biblioteca esa tarde, donde yo esperaba alguna noticia.

Entró en la biblioteca con su presencia habitual, oscura y casi intimidante. No mostró ninguna expresión amigable; sus ojos eran fríos y calculadores, y su porte, estricto y autoritario. Sentí su mirada fija en mí antes de que hablara.

—Jungkook, vamos a la página 394 —dijo con un tono seco y autoritario.

Lo miré, desconcertado.

—Disculpe, señor, pero... ¿dónde está el profesor Johan Park?—pregunté, tratando de no sonar desafiante, pero la pregunta me quemaba la lengua.

Ryand levantó una ceja, sus labios curvándose en una mueca de desaprobación.

—Eso no le interesa, ¿o sí, Jeon?—respondió, con una voz casi helada que me hizo estremecer.

Tragué saliva y me quedé en silencio, sintiendo que cualquier otra pregunta solo lo irritaría más. Su presencia, tan llena de misterio y severidad, hacía que me sintiera incómodo y nervioso.

—Basta con decirte que tu "estimado" profesor Park se encuentra incapacitado para enseñarte en este momento—continuó, con una ligera pero evidente ironía en sus palabras— Dije, vamos a la página 394. No me hagas repetirlo.

Abrí el libro con rapidez, y pasé las páginas hasta encontrar el número que había indicado. En esa página, un texto subrayado llamaba la atención. Hablaba de cómo la oscuridad interna era uno de los enemigos más difíciles de enfrentar, mucho más que cualquier adversario externo.

Ryand me observaba mientras leía, sus ojos penetrantes y críticos.

—Bien, ¿que sabes de la diferencia sobre la oscuridad interna y la oscuridad externa? 

Mire el libro por un momento y luego lo mire a el. 

—¿No lo sabes? Que decepcionante. 

—La diferencia es que... la oscuridad externa es algo que enfrentamos fuera de nosotros, una amenaza visible —dije, intentando reunir mis pensamientos— Pero la oscuridad interna es... es algo dentro de uno mismo. Algo más complicado de enfrentar.

Ryand dejó escapar una risa breve y despectiva, sus ojos reflejando una mezcla de desdén y, tal vez, una pizca de entretenimiento.

—"Algo más complicado de enfrentar" —repitió, burlón— Qué respuesta tan... limitada. Gracias señor Jeon. 

Sentí cómo el calor subía a mi rostro, pero me forcé a mantener la calma. Su desprecio era evidente, y claramente no esperaba que le impresionara.

La tensión en el aire era palpable mientras Ryand me miraba, sus ojos como dagas de hielo que parecían atravesarme. Su presencia era intimidante, y el desprecio en su tono era claro.