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Los viernes por la tarde siempre suelen ser divertidos, pero para mi uno de los más obstinantes cuando se trata de geografía del mundo y teniendo a Taehyung a mi lado casi durmiéndose. 

Puedo notar que muy pocos están interesados en la clase. Que desperdicio. 

Luego de unos cuarenta minutos de tortura, finalmente salimos de clases. Wow, tenia unas ganas increíbles de fumar. Al salir de clases, caminé por los pasillos junto a los chicos, escuchando sus conversaciones, pero sin prestarles mucha atención. Mi mente estaba en otra parte, ocupada en pensamientos que no compartía con nadie. 

—¿Entonces, vas a venir al bar esta noche?—preguntó uno de ellos, girando la cabeza hacia mí.

—No, no esta vez—respondí, metiendo las manos en los bolsillos— Voy a ir a casa a ver a mi mamá.

Ellos asintieron, y seguimos caminando juntos hasta que llegamos a la puerta principal del edificio. El sol de la tarde se filtraba entre las ramas de los árboles, proyectando sombras largas y delgadas en el suelo.

—Nos vemos después—dije, despidiéndome con un gesto de la mano mientras me alejaba de ellos.

Al caminar hacia el estacionamiento, me sentía extrañamente aliviado de alejarme del bullicio de la universidad. Aunque no lo mostrara, visitar a mi madre siempre me traía una mezcla de emociones contradictorias. 

Llegué al auto y me deslicé en el asiento del conductor, cerrando la puerta con un golpe seco. Bajé la ventanilla, dejando que el aire fresco de la tarde inundara el interior. Saqué un cigarro del paquete, lo coloqué entre mis labios sin encenderlo todavía. 

Encendí el motor y el rugido familiar del auto resonó en mis oídos, acompañándome como una melodía conocida. Con un chasquido, prendí el cigarro, inhalando profundamente mientras exhalaba una nube de humo que se disipó rápidamente en el viento. Luego, puse el auto en marcha y comencé a manejar, dejando atrás el campus y el caos de la universidad.

Luego de unos treinta minutos ya me encontraba frente a mi casa, sigilosamente entré a la mansión chocando y de un olor bastante delicioso que se estaba cocinando. Agradecí que Bam no estaba por ahí porque si no mi plan no se hubiese dado a cabo. 

Sonreí al ver a mi madre de espaldas y cantando por lo bajo.

—¡Sorpresa mami!—exclamé tomando sus hombros.

—¡Jeon Jungkook, te he dicho que no me asustes así, casi me matas de un infarto!—exclamó pegándome.

—¡Perdóon!

La abracé esperando a que dejara de pegarme hasta que finalmente correspondió a mi abrazo.

—Que voy a hacer contigo...

—Quererme mucho.

—Tienes suerte que no haya tenido un cuchillo entre mis manos.

—¡Mamá!—exclamé alejándome de ella ahora escuchando una carcajada de su parte.

—¿Qué?

—Que agresivas las mujeres de hoy en día, solo quería sorprenderte y ahora me encuentro con que mi propia madre quería atentar la vida de su hijo—solté horrorizado.

—Jeon deja el drama.

Me reí apoyando mi espalda en la encimera cruzando mis brazos.

—¿Por qué no me ayudas a terminar de preparar la cena?

—Bueno—dije dándome la vuelta.

—¡Pero lávate las manos!

—¡Sí, señora!—respondí con una sonrisa, dirigiéndome al fregadero.

Drugs on Money +18 ||JJK||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora