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Entré a la oficina con cautela quitándome la capucha de la sudadera que llevaba puesta. Me encontré frente al hombre quién me miraba con una expresión fría y distante. Nunca me agradó su presencia pero sabía que era la única forma de conseguir lo que necesitaba.

—San—me saludó recostándose en el espaldar de su silla.

—¿Hiciste lo que te pedí?

—Taehyung no quiere colaborar, y yo honestamente también me estoy arrepintiendo.

—No me importan tus problemas con Taehyung y lo que pienses. Estás aquí para hacer tu puto trabajo y lo único que me importa es que me traigan lo que les pedí y es a Jungkook.

Asentí incómodo ante su frialdad. Él siempre me había parecido una figura muy intimidante e impredecible.

—Lo conseguiré, pero necesito más tiempo. Jungkook está enfocado en otras cosas, además no nos vemos mucho gracias a que nos cambiaron de habitación.

—¿Con quien estás ahora?

—Joe Baldwin.

Hank hace una expresión que me dio escalofríos y me señaló. 

—Él podría servirnos mientras tanto, ¿tienes información sobre él?

—Es un chico becado de muy buenos recursos, su único transporte es una moto y es uno de los mejores estudiantes de la universidad—dije aclarando mi garganta— Además, es americano. 

El asintió como si estuviera pensando en las posibilidades de meter a alguien más a este puto negocio.

—Podría servirnos como sustituto temporal mientras consigues a Jungkook. Necesitamos a alguien que tenga acceso a la información de la universidad y que sea fácil de manipular.

Yo solo asentí, sabía que no tenía más opciones en este momento. Pero también sabía que no podía detenerme hasta conseguir lo que necesitaba, incluso si eso significaba traicionar a alguien más.

—Lo sé, lo intentaré de nuevo. Pero necesito que confíes en mi Hank. No quiero fallarte.

Él me volvió a mirar con esa expresión fría que tiene antes de volver a asentir con su cabeza.

—Hazlo bien San. No te deseo problemas, pero si los traes, te juro que pagarás cada una de las consecuencias.

Asentí sintiendo una especie de presión en mis hombros.

—¿Como está mi hermana?

—No es asunto tuyo.

—Tengo todo el maldito derecho de saber como está—espeté.

Hank suspiró sabiendo que no iba a dejar el tema. Por supuesto que no lo haría.

—Está bien, ha estado ocupada con su trabajo en el hospital, pero está bien.

—¿Y está protegida?

—Mis hombres están al tanto de cada uno de sus movimientos.

—Bien, entonces me aseguraré de hacer lo que me pidas. Pero necesito más tiempo para conseguir lo que quieres.

—Te daré más tiempo, pero no mucho más. Haz lo que tengas que hacer, pero asegúrate de no atraer la atención sobre nosotros.

Asentí levantándome de mi asiento y di unos cuantos pasos hacia la puerta.

—Te recuerdo que la vida de tu hermana y tu sobrino están en juego.

Sentí un escalofrío recorrer por mi espalda al escuchar esas palabras y sin decir nada más salí de esa maldita oficina sintiendo todo el peso de mi preocupación.

Drugs on Money +18 ||JJK||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora