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La noche de Navidad estaba en pleno apogeo. Las risas y la música llenaban la enorme casa, y el calor de las luces navideñas creaba un ambiente acogedor a pesar del frío exterior. Todos estaban reunidos, disfrutando de la comida y el vino, compartiendo historias y bromas. Pero yo sentía un peso en el pecho que no me dejaba disfrutar del momento.

Salí al jardín, sintiendo el aire helado golpear mi rostro. La nieve caía en copos grandes y silenciosos, cubriendo todo con una capa blanca y suave. Saqué mi teléfono del bolsillo, mis dedos temblando, no por el frío, sino por los nervios. Llevaba meses sin hablar con ella, pero hoy... hoy no podía evitarlo.

Marqué su número, mi corazón latiendo con fuerza mientras escuchaba los tonos del otro lado de la línea. Estuve a punto de colgar cuando su voz, esa voz que tanto extrañaba, contestó.

Mi corazón acaba de pararse. 

—¿Hola?—preguntó, su tono inseguro.

Mi respiración se detuvo por un instante.

—Grace... soy yo—dije, mi voz apenas un susurro.

Hubo un silencio del otro lado, y luego un suspiro. Era un suspiro que conocía bien, lleno de emociones mezcladas.

—Jungkook...—su voz titubeó— No esperaba esto... después de todo este tiempo.

—Lo sé—admití rápidamente— Quizás no debería haber llamado, pero no podía evitarlo. Es Navidad... y... quería escucharte. Aunque sea solo una vez.

Ella no dijo nada al principio, y por un momento temí que fuera a colgar. Pero entonces habló, y su voz tenía una mezcla de tristeza y calidez que me atravesó.

—A-además tenía que felicitarte por tu cumpleaños, sé que ya pasó pero...—susurre— Feliz cumpleaños retrasado. 

Del otro lado de la línea, Grace guardó silencio por unos segundos que parecieron eternos. Luego, su risa suave llenó mis oídos, una risa que siempre me había parecido la melodía más hermosa.

—Gracias, Jungkook...—dijo finalmente, y su tono tenía un matiz de ternura y tristeza—. Es extraño escucharte decir eso... después de tanto tiempo.

—Lo sé, Grace—respondí rápidamente— No he estado... y no hay excusa para eso. Pero no quería dejar pasar más tiempo sin decirte algo. Sin que supieras que... que no me he olvidado de ti.

Su respiración se volvió más pesada, y podía imaginarla luchando por mantener la compostura.

—¿Y cómo podría olvidarme de ti?—susurré, sintiendo cómo cada palabra me quemaba por dentro— Fuiste lo mejor que me pasó en la vida, Grace, y no hay un solo día en el que no me arrepienta de haberte dejado ir.

Escucho su risa nerviosa en la linea. La había hecho sonrojar, lo sabía. 

—¿Y tú cómo has estado?—continuó ella, su voz temblando levemente pero tratando de sonar casual.

Cerré los ojos por un momento, intentando encontrar la forma de responder a una pregunta tan simple y, al mismo tiempo, tan complicada.

—He estado... sobreviviendo—admití finalmente, mi voz cargada de honestidad— No te voy a mentir, Grace. No ha sido fácil. Cada día siento como si estuviera luchando contra algo que no puedo controlar, como si una parte de mí estuviera atrapada en un lugar del que no sé cómo salir.

—Eso suena... difícil—murmuró, su tono lleno de empatía.

—Lo es—respondí rápidamente— Pero también me mantiene con vida. Y hay algo que me ayuda a seguir adelante... Pensar en ti. En nosotros. En lo que solíamos tener.

Drugs on Money +18 ||JJK||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora