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—Son las doce y todavía no llega—mencionó mi madre caminando de un lado a otro.

—Mamá...—alargo mis palabras dejando mi saco a un lado de los sofás. 

—Lleva días llegando tarde y me preocupa hijo entiende. Seguramente estará ocupado con la empresa y más con lo de la fiesta... 

—¿Segura? O te estará poniendo los cuernos con otra...

—¡Jungkook!—exclamó mi madre.

—¿Qué? Al menos soy sincero—respondí sentándome en el sofá— Y mira...

—Jungkook basta.

—Mamá, ¿en serio crees que es normal que estés a esta hora esperándolo así?

Mi madre suspiró y se sentó junto a mí en el sofá.

—No, no es normal. Lo sé. Pero también entiendo que Hank ha estado ocupado con la empresa y ha tenido muchas responsabilidades últimamente.

Fruncí el ceño, sintiendo una mezcla de preocupación y frustración.

—Te mereces algo mejor que ese tipo mamá—contesté tomando su mano.

—Hijo... él me ama mucho y...—el sonido de la puerta nos interrumpió dejando ver a Hank entrando con su saco en la mano.

—Mi vida—dijo mi mamá levantándose y se fue hacia él—, ¿Cómo estás, en donde estabas?

—Terminando una reunion con unos socios después de la fiesta—dijo y yo reí amargamente.

—¿Y tú de qué te ríes?

—¿Una reunión después de las doce de la noche?—pregunté levantándome—, ¿Eres mafioso o algo así? 

Mi madre me miró con una expresión de confusión y preocupación. Hank, por su parte, parecía incómodo con mi presencia y evitaba mi mirada.

—Jungkook, déjalo estar. No es asunto tuyo. Hank ha estado ocupado con la empresa y tiene muchas responsabilidades.

—¿Y eso justifica llegar a altas horas de la noche? ¿Acaso no te importa que estés aquí esperándolo, preocupada?

Hank intervino, tratando de calmar la situación.

—No es necesario que te preocupes, Jeon. Son mis asuntos.

—¿Con cuantas te acostaste ayer? ¿Cinco?—pregunté elevando mi mentón. 

—¡Jungkook!

—¡¿Qué dijiste?!—preguntó acercándose a mi mientras tomaba el cuello de mi camisa.

—Te pregunté que con cuantas zorras te acostaste ayer, ¿o es que ese chupón que tienes en el cuello no tiene explicación?—pregunté señalando un reciente chupón que sobresalía de su cuello.

Agarró mi cuello de la camisa con fuerza y me empujó contra la pared.

—¡Maldito insolente! No tienes derecho a hablar así de mí—gritó, su voz llena de furia y desprecio.

Mi madre, asustada, intentó intervenir para separarnos, pero me quedé quieto, mirándolo directamente a los ojos sin mostrar señales de temor.

—No eres más que un cobarde y un imbécil, Hank. No mereces el amor y la lealtad de mi madre.

Hank apretó aún más su agarre, pero no mostré ninguna señal de rendición.

—Déjalo, Hank, por favor—suplicó mi madre, con lágrimas en los ojos.

Drugs on Money +18 ||JJK||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora