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La relación entre Jungkook y Grace había florecido en poco tiempo. Lo que comenzó como una colaboración tensa y distante se transformó en algo sólido y lleno de confianza. 

Después de días de estudio y práctica, finalmente culminaron su proyecto para las competencias universitarias, enfrentando juntos el desafío. La preparación había sido intensa, pero ambos se apoyaron mutuamente, sacando lo mejor del otro. 

La competencia era dura, pero, como siempre, Jungkook estaba imparable. Grace, por su parte, mostraba una habilidad y dedicación que solo él conocía de cerca. La conexión entre ellos era palpable, y lo dejaban claro en cada presentación y ensayo.

Fue después de uno de los ensayos finales cuando Jungkook sacó de su bolsillo el delicado collar de plata que le había robado al principio, solo como un truco para conseguir que ella estudiara con él. Pero ahora, ese simple gesto tenía un significado diferente. Con una sonrisa algo avergonzada, le tendió el collar, dejando que el recuerdo de aquel momento los envolviera.

—Pensé que era hora de devolvértelo, mi amor—dijo él, con un tono suave que hizo que ella sonriera.

Grace tomó el collar entre sus manos, sin poder evitar el toque de nostalgia que aquel detalle le traía. No había vuelto a pensar en el collar desde que él se lo había quitado, y en ese momento se dio cuenta de cuánto había cambiado entre ellos desde entonces. 

Jungkook la miró mientras ella ajustaba el broche, y una chispa de complicidad se encendió entre ambos, una conexión más allá de cualquier proyecto o competencia.

Mientras tanto, Taehyung y Heather parecían vivir en una constante disputa. Desde que Jungkook y Grace se habían acercado, las discusiones entre ellos se habían vuelto más frecuentes. 

Heather no podía evitar preocuparse por cómo esa relación afectaría a Jungkook y a su entorno, y Taehyung, a pesar de compartir algunos de sus temores, prefería mantenerse al margen.

—¿Es que no te importa lo que le pase?—le recriminó Heather en uno de sus típicos enfrentamientos.

Taehyung rodó los ojos, tratando de calmarla sin éxito.

—Heather, Jungkook sabe lo que hace. Si tú no puedes entender eso, es cosa tuya. Yo no pienso meterme en algo que él claramente tiene bajo control.

—¿Bajo control? —replicó ella, cruzando los brazos con exasperación—. Siempre dices lo mismo, pero la situación es más complicada de lo que crees, Taehyung. Tarde o temprano, esto puede explotar.

La tensión entre ambos crecía con cada palabra, pero, aunque parecían estar en desacuerdo constante, había algo en su relación que los mantenía juntos. Una fuerza inexplicable que hacía que, incluso después de las discusiones más intensas, ninguno pudiera alejarse del otro.

En el otro lado del campus, San comenzaba a descubrir nuevos sentimientos que no había previsto. Al principio, Sarah era solo una amiga más, alguien en quien podía confiar y con quien podía reírse. Pero, poco a poco, la forma en que la miraba cambió. 

No podía evitar buscarla en los pasillos, ni quería que ella se diera cuenta de cómo su presencia lograba hacerle olvidar cualquier problema. Cada vez que estaban juntos, San se sentía nervioso, torpe, y se daba cuenta de que lo único que quería era verla sonreír.

Sarah, sin saberlo, había comenzado a ocupar un lugar especial en su vida. Y aunque San aún no sabía cómo actuar ante esos sentimientos, algo le decía que estaba listo para descubrirlo, y que tal vez ella sentía lo mismo.

Mientras tanto, Joe había encontrado su propia manera de mantener el control. Tras su fracaso al intentar medirse con Jungkook y su grupo, había conseguido rodearse de un nuevo grupo de estudiantes inteligentes y ambiciosos, formando un círculo de influencia en el que él, por supuesto, se estableció como líder.

Drugs on Money +18 ||JJK||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora