Drugs on Money +18 ||JJK||

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—¡Joder, porque nunca consigo nada a tiempo!

Terminaba de recoger las cosas que me faltaban en mi maleta, estaba completamente cansado ya que estaba haciendo todo a última hora.

Como siempre.

Rápidamente me miré en el espejo. Ropa cómoda, pero siempre llevando estilo, hmmm ¡perfecto!

Casi siempre intento cuidar de mi apariencia lo máximo posible. Soy un Jeon, necesito portar lo justo y necesario.

Di una vista rápida a mi habitación, dejando mis pertenencias necesarias rogando porque a mi madre no se le ocurriera la "grandísima" idea de otra remodelación. Sería la cuarta del año.

¿Por qué a las madres siempre les encanta mover todo de sitio una vez cada año y por qué mi madre lo hacía cuatro veces al año?

Ni idea, como sea.

—¡Jeon Jungkook, se te está haciendo tarde!

—¡Ya voy!—exclamé tomando mi maleta.

Antes de darme la vuelta visualicé la imagen de mi padre, así que rápidamente tomé el marco de la foto. Una pequeña sonrisa se forma al ver la foto y simultaneamente la dejo en su lugar.

Tomo mi maletas caminando fuera de mi habitación cerrando la puerta detras de mi. Asegurandome que quedara prefectamente cerrada comencé a descender las escaleras.

Lo primero que veo al dejar mis maletas de lado de las escaleras es al engendro mal formado leyendo uno de sus periodicos matutinos.

Asco.

Mi mirada se suaviza un poco al ver a mi madre. Recién salía de la cocina con un trapito sobre su hombro.

—Buen día mamá.

—Buen día, mi vida—me saludó acariciando mi mejilla. Sonrío al volverla a escuchar—, ¿Ya tienes todo y toda tu ropa?

—Claro.

Ella entrecerró sus ojos como si estuviera examinándome.

—¿Acabas de hacer tu maleta verdad?

—Lo siento—me disculpé ganándome un golpe suave de su parte.

—Ay Jungkook...

—Ya te dije que lo siento, lo importante es que ya tengo todo listo, desordenado, pero listo.

—Ajá.

—Voy a extrañar tu comida.

—Oh, mi bebé. Siempre podrás venir a casa y te cocinaré lo que quieras.

—¿Estás seguro qué quieres ir a esa universidad? Podría inscribirte en otra si lo deseas.

—Estoy seguro mamá, no te preocu...

—No lo molestes Jia y deja que se vaya.

Y ahí estaba esa voz que tanto odio escuchar. Tal siquiera puedo oír su nombre porque me da mucho asco.

Me miró con desprecio señalándome mientras encendía su típico cigarro matutino dejando el olor a hierva quemada por toda la casa. Al menos yo no hago eso.

—Jungkook, vas a una universidad, no a una carrera de motocicletas. Hazte un favor y quítate esos piercings y ocúltate esos tatuajes sin sentido de tu mano.

—¿Desde cuando tan preocupado por mi vida personal, esperpento?—respondo con sarcasmo.

Su mirada se volvió más fría, su expresión más dura.