Sinópsis

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Hace dos semanas exactamente Rodrigo sé había quedado en Buenos Aires después de casi toda su vida vivir en Bahía con sus padres, decidió partir para poder independizarse y estudiar la carrera que tanto quería sin tener a sus padres decidiendo por el en su vida.

La ansiosa Agustina había influido en su decisión, pues pasaba mucho tiempo diciéndole lo genial que era Buenos Aires, la universidad e incluso lo mucho que lo extrañaba.

Agustina era la mejor amiga de Rodrigo desde hace muchos años, era una chiquilla escurridiza y muy bonita, pero al mismo tiempo ingenua y enamoradiza, se enamoraba incluso del mismo aire y al final también se decepcionaba.

Si, así de ingenua era.

Rodrigo siempre la había cuidado de los alfas mal intencionados y abusivos que lo rodeaban constantemente, el olor de Agustina era excesivamente dulce y eso los atraía, sin embargo el de él muy pocas veces se podía presenciar, lo ocultaba con supresores, el hecho de tener un olor dulce y a la vez fuerte podría ser un problema, cualquiera podria pensar que estaba en celo, pero no era así.

Su olor era tan fuerte porque el linaje de su familia era de sangre pura y sus olores eran dominantes.

En pocas palabras, Rodrigo era un Omega dominante.

Por eso lo ocultaba muy bien, no quería atraer la atención de nadie más de lo debido, menos de molestos alfas pervertidos.

El viaje no fue tan largo y adaptarse a nuevas cosas tampoco fue tan difícil, ahora estaba en la cafetería de dicha universidad tratando de estudiar para el exámen que tendría, mientras su mejor amiga no dejaba de hablar de un alfa que por cierto le caía como una patada al hígado.

¿Por qué?

Era el típico alfa de olor fuerte, imponente con su cuerpo atlético, con un físico envidiable y sonrisa de coqueto, el alfa se follaba a media universidad, pero cierta chica risueña ni siquiera de daba cuenta de eso.

Era demasiado tonta o simplemente ignoraba todo eso porque estaba "enamorada".

Quizás era el enamoramiento de ese mes.

Rodrigo no se acercaba a cierto alfa, no le interesaba congeniar con él, sin embargo podía sentir su mirada siempre encima de él como millones de puñales, sabía exactamente porqué, pero no le interesaba prestar atención a sus deseosos lobunos, además de que no era el único, ya varios alfas habían intentado acercarse a él, pero a Rodrigo simplemente no le interesaba amarrar su vida a un alfa ¿Extraño siendo un Omega, no?

Cuando su naturaleza lo hacía sumiso, dulzón y dependiente del efecto de un alfa.

Pero así era Rodrigo, un alma libre que disfrutaba de tener buenas notas, de ser organizado y cuidar su físico tal cual un quisquilloso. 

Sin tener que preocuparse por nadie más que por él.

Ah, y por...

—Sus besos sin tan- decía la omega mientras sonreía risueña, como si estuviera describiendo a un principe azul.

—Agus, es la tercera vez que me dices eso esta semana y es la tercera vez que te lo diré, no me interesa- un bufido salió de los labios de la chica—Y por cierto ahí viene abrazado con una chica

Sara volteó a mirar al alfa quien venía rodeado de sus amigos y en sus brazos guindaba una mujer con falda muy corta y una paleta en su boca.

—Seguro es una de sus amigas- se encogió de hombros volteando nuevamente hacia Rodrigo restándole importancia

—¿Es enserio Agus? ¿Acaso eres ciega?- preguntó incrédulo, era obvio que aquella porrista era mucho más que una simple "amiga"

¿Tanto era su enamoramiento por el alfa?

—Ya Ro, yo confío en él...

—Claro, claro. A ver ¿Por qué no hace su noviazgo público? ¿No son "predestinados" acaso?

—Él nunca me ha dicho nada respecto a eso, pero yo lo siento Rodrigo, siento que él es mi alfa, tal vez aún no es el momento, pero seré paciente.

El omega levantó su ceja tratando de entender la situación.

No tenía sentido

—¿Qué? ¿Él no te ha dicho que eres su destinada?

—No- bebió un sorbo de su refresco mientras Rodrigo tenía una disputa mental, un alfa jamás dejaría ir a su destinado, se vuelven posesivos y protectores, ni siquiera son capaces de alejarse de ellos, entonces...

¿Cómo Agustina sentía aquello?

¿Realmente eran destinados? ¿O era posible que su amiga confundiera a su lobo por estar perdidamente enamorada?

Quizás lo segundo era lo más probable.

Agus parecía entretenida tomando su refresco mientras Rodrigo sentía la fuerte mirada de alguien encima de él, como su su cuerpo reaccionara de inmediato ante aquello, volteó a ver al alfa, el mismo que lo miraba de una manera indescifrable, aquello causaba un leve temblor en al cuerpo del omega.

Porque en el fondo, Rodrigo también sentía una conexión con ese alfa.

No lo veas Rodrigo, no tiene efecto en ti...

Hate You- RODRIVAN !!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora