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—Vamos Rodri, será divertido- la Omega llevaba casi media hora intentando convencer a Rodrigo de asistir a una fiesta en unos cuantos días, según ella, su alfa la había invitado.

Y Rodrigo dudaba que así fuera, pero la omega tenía chupetones visibles en el cuello, recordó haber visto al alfa en la farmacia comprando condones y se le revolvió el estómago.

Le causaba furia y una mezcla de sentimientos desconocidos

—Ya te dije que no me gustan esos ambientes, además, si estaras con ese alfa ¿Que se supone que haga yo?- metía sus cuadernos en su mochila, la clase había terminado recientemente.

—Ahh... Rodrigo ¿Por qué eres tan difícil? Él irá con sus amigos y será incómodo para mí- se cruzó de brazos haciendo un berrinche.

Rodrigo estaba tan acostumbrado a los berrinches de Agustina .

—Agus ¿Segura que es eso?

Ella lo miró nerviosa—Por supuesto ¿Qué más sería?

No lo sé, quizás que ese alfa nunca te invitó, quizás...

Por supuesto que no le dijo eso a pesar de haberlo pensado.

—No lo sé, déjame pensarlo.

—Por lo menos lo pensarás, eso es un avance- descruzó sus brazos para acercarse a Rodrigo y dejar un beso en su mejilla—Iré a la siguiente clase, nos vemos Roro

Rodrigo sonrió despidiéndose de ella, a diferencia de Agustina, Rodrigo tenía la siguiente hora libre por lo que la aprovecharía para ir a la biblioteca, necesitaba aprenderse ciertas leyes que aún no podía memorizar.

Y en varias semanas tendría que analizar un análisis de las mismas, asi que...

Caminó por los pasillos ya casi vacios hasta la biblioteca, abrió sus puertas, el lugar estaba vacío y silencioso, la anciana en el mostrador estaba demasiado concentrada en un libro de...

¿Jardinería?

Rodrigo ignoró por completo su presencia y se encaminó hacia los pasillos llenos de libros en busca de aquel que tanto necesitaba, leía con cuidado cada título, buscando entre libros y más libros, hasta que el sonido de una leve sonrisa llamó su atención, pensó ignorarla y seguro en su búsqueda, pero fue el nombre que la chica pronunció entre risas lo que lo hizo caminar en aquella dirección.

Como si se tratara de un instinto lobuno

—Basta Ivi, nos pueden ver

Rodrigo caminaba sigilosamente por el pasillo hasta quedar detrás de aquella escena que lo dejó petrificado.

El alfa tenía a una pequeña chica recostada en un estante de libros, su mano estaba metida bajo su falda moviendola frenéticamente.

Estaba masturbandola, el maldito infiel de mierda

Las mejillas de Rodrigo empezaron a calentarse mientras que por las grietas que hacían los libros miraba como la chica reía y gemía al mismo tiempo, pequeños sonidos chiclosos se oían, pero no habían feromonas de excitación por parte del alfa, solo habían ciertas feromonas por parte de aquella omega y eso se le hizo muy extraño.

Miró a su alrededor, no había absolutamente nadie y su cuerpo empezaba a reaccionar ante aquella escena que sus ojos veía, mirando hacia abajo como un bulto empezaba a formarse.

La proximidad de su celo estaba afectandolo más de lo que creía.

Su olor empezó a esparcirse aún y cuando usaba neutralizador. 

Cuando su celu estaba próximo o cuando llegaba completamente, no había neutralizador que pudiera opacar el olor.

Este se volvía demasiado fuerte.

El omega vió como el alfa paró sus movimientos mirando a la omega frente a él, retrocedió ya que su olor se estaba empezando a esparcir en el ambiente y su entrada empezaba a contraerse, tapó su boca y corrió silenciosamente lejos de ese lugar, buscando un baño dentro de aquella biblioteca para encerrarse en él por unos minutos hasta que su olor empezará a desaparecer.

O pudiera tranquilizar su agitado corazón.

Una vez encontró el baño, se metió a un cubículo y sacó su neutralizador rociandolo por todo su cuerpo, tocó su pecho agitado y se sentó en la tala del retrete para calmarse un poco.

No pienses en él, Rodrigo.
No pienses en esa escena.

Pasado algunos minutos se había calmado completamente, entonces salió del cubículo para lavar sus manos y su cara, pero no sé imaginó que cierto alfa lo esperaba afuera cruzado de brazos.

¿Cómo no fue capaz de olerlo?

Quizás por lo fuerte que estaba el suyo.

—Vaya, así que tú eres el dueño de tan exquisito olor- dijo el alfa mirando de arriba a abajo a el omega

—No se de que hablas- lo ignoró lavando sus manos

—¿Por qué lo ocultas? Huele muy bien

—Para no atraer a imbéciles como tú- sacó sus manos rel pequeño chorro de agua para sacudirlas y secarlas.

—Tan agresivo y amargado, me encanta

—¿Disculpa?

—Por supuesto que te disculpo, bomboncito

—No seas imbécil- Rodrigo tomó su mochila poniéndola en su espalda para salir, pero el olor del alfa lo detuvo—¿Qué estás haciendo?

—No estoy haciendo nada

—T-tu olor

—Oh, hablas de mis feromonas ¿Te gustan?- sonrió acercándose al omega que no podía moverse porqué su cuerpo estaba paralizado y temblando—Que curioso...

—¿Qué?

—Tu cuerpo se doblega ante mis feromonas...

—¿Qué tiene de curioso? Los alfas hacen eso- dijo con nerviosismo, él sabía que algo más pasaba—Ya déjame en paz, apestas

—No, los alfas pueden seducir a un omega con sus feromonas pero ¿Sabes algo? Solo los omegas destinados pueden doblegarse ante su alfa por sus feromonas

—¿Qué quieres decir?

—Que tú...- se colocó delante de él mirando el destello violeta en sus ojos—Tú eres mi omega.

Maldita sea

Hate You- RODRIVAN !!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora