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Después de una cena donde solo el omega comió porque el azabache con la excusa de que no tenía hambre, había aprovechado la oportunidad para alejarse un poco, para respirar tranquilo sin sentir esa presión en el pecho.

Buscar un trabajo.

La universidad y ayudar a Rodrigo con sus asignaciones.

El cachorro.

La actitud de su omega.

La omega loca suelta por ahí siendo una completa amenaza.

Todo era demasiado, realmente esperaba que Rodrigo tuviera un poco de empatía por él, pero no, el solo lo recriminaba y se culpaba de cosas sin sentido, la situación se tornaba agotadora cada vez más, pero él aún tenía fuerza para seguir por ambos.

Guió al castaño a su habitación, ya que era el cuarto principal y estaría más cómodo.

—¿Necesitas algo?

—Yo...ehh ¿Puedes darme esa camisa?- señaló con vergüenza la camisa que Iván traía puesta

—Pero está sudada, Rodrigo, puedo darte otra

—No me importa, quiero eso, quiero tu olor- el azabache suspiró y asintió quitándose la camisa, dejando su torso perfectamente tonificado a la vista del omega, le extendió la prenda y este rápidamente la llevó a su nariz olfateando lo más que pudo el olor del alto impregnado en la misma.

—¿Algo más?- el bajito negó

Entonces el alfa se acercó para cubrirlo con las gruesas mantas, le dió un beso en la frente, tomó el control de la luces de su habitación para apagarlas, luego caminó hasta la puerta para irse, pero la voz de su omega lo detuvo.

—¿A dónde vas?

—Iré a la otra habitación, necesitas descansar

—Pero esta es tu cama...

—Ahora es tuya Rodrigo, descansa

—¡Iván espera!- el azabache se detuvo una vez más, pero no volteó, simplemente se quedó de espalda tomando la perilla de la puerta- Lo lamento, yo...

—No Rodrigo, no digas cosas que no sientes, no te disculpes si volverás a hacerlo una y otra vez

—No pienses así Iván...- sus ojos se cristalizaron

—¿Sabes qué Rodrigo? No importa, puedes seguir atacandome y diciendome lo que te dé la gana, aún tengo fuerza para luchar por tí

El aire se sintió demasiado pesado en la habitación, esa había Sido la declaración más sincera y directa que había recibido el castaño, y se sintió peor aun al escuchar aquello.

Iván solo bajó la mirada al no tener respuesta y salió de la habitación, incapaz de mover sus pies se quedó pegado a la puerta sintiendo su corazón latir demasiado rápido, no podía rendirse, no podía porque Rodrigo era su omega y el padre de su cachorro, el debía intentarlo, hacer que el castaño lo quisiera, hacer que sintiera la misma conexión, las mismas sensaciones que él sentía en su pecho, por supuesto que lo haría.

Con ese pensamiento y decidido a hacerlo, se fue a descansar, aunque en la otra habitación el de ojos verdes no dejaba de llorar acariciando su vientre plano, sentía que no merecía al alfa, quizás en las circunstancias en las que lo conoció pensaría que Iván era un imbécil bueno para nada, pero este Iván no era ni siquiera parecido a aquel el él había cambiado mucho y el castaño ahora no había pensado en eso.

Tan mal debe sentirse su alfa...

Esa noche ninguno de los dos pudo descansar correctamente.

[...]

La mañana tan fresca y resplandeciente llegó, el azabache se levantó, su estómago rugía y el fuerte olor de panqueques inundaba el departamento.

Casi hipnotizado caminó hacia la cocina, arrastrando sus pies con flojera, hasta que escuchó el fuerte quejido de Rodrigo y entonces cayó en cuenta que Rodrigo no estaba tomado reposo y en vez de eso estaba cocinado.

Corrió rápidamente a la cocina y al entrar miró a los ojitos verdes de Rodrigo mientras chupaba su dedo completamente rojizo.

—¿Te quemaste? Oh Rodri...- se acercó tomando su manito para soplarla con delicadeza—¿Duele?

El omega ni siquiera había respondido, estaba hipnotizado mirando la ternura y delizadeza con la que el alfa lo trataba.

—¿Rodrigo?

—N-no, no duele, estoy bien solo me queme un poquito

—¿Seguro?

—Si

—¿Qué haces cocinando, Rodrigo? Debiste levantarme, sabes que debes estar en reposo absoluto

—Estoy embarazado, no enfermo

—Tienes un embarazado de muy alto riesgo, no me importa lo que digas, vas a cumplir ese reposo ¿Okay?, ahora ve a sentarte mientras yo termino el desayuno

El castaño bufó y con un puchero salió de la cocina aún sonando su dedo.

Pasaron unos minutos cuando vió a Iván salir con los panqueques, frutas y jugo de naranja, llenando la mesa lo suficiente para ambos.

Rodrigo bajó su vista y empezó a comer en silencio, de sentía avergonzado e inútil.

—No te sientas mal, bonito, estoy seguro de que cuando todo esté bien probaré tu comida, mientras déjame esto a mi, por favor

—Pero tú ya harás demasía Ivi

—¿Te parece que llevar a un cachorro es poca cosa? Tú haces más que yo, Rodrigo- el azabache le sonrió con ternura

—Deja de ser tan coqueto, no lo merezco

—¿Quién dice que no?

—Yo...

—Pues te equivocas, tú te mereces todo lo mejor, Rodri

El castaño se sonrojó metiendo un bocado desesperado a su boca

»Que bonito...

El omega tragó y sin pensar le dijo:

—Quiero que me marques

El jugo que había estado en la boca del alfa, ahora estaba en el suelo gracias a la gran escupida que hizo.

—Rodrigo...

—Tenemos que intentarlo,hoor nuestro cachorro y por... Por nosotros

El alfa abrió sus ojos.

—¿Hablas enserio? ¿Estás dispuesto a hacerlo?

—Si, quiero hacerlo...

Ambos se sonrieron, a pesar de la noche que habían tenido, la mañana les había traído una energía nueva y eso era agradable para ambos.

Hate You- RODRIVAN !!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora