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Era otro día.

Iván estaba en el receso, el alfa descansaba tranquilamente junto a sus amigos, los cuales bromeaban entre ellos, el cuerpo de Iván se sintió tenso como si alguien estuviese mirándolo, llevaba días sintiendo lo mismo, pero sus ojos no veian a alguien mirándolo de manera intensa, habían omegas dándole una que otra mirada coqueta, a las que él ni siquiera se inmutaba.

No le importaba en realidad.

Sin embargo, el olor de Rodrigo empezó a hacerse presente, él de por sí ya lo tenía encima por convivir con él, pero esta vez es como si la fuente del olor se estuviera acercando.

—¿Ese no es Rodrigo?- Tomás señaló al omega que venía con una sonrisa, en sus manos traía una lonchera, su cabello estaba reluciente y brillante al igual que su sonrisa

Iván inmediatamente se levantó acercándose a él.

—¿Qué haces aquí, Rodrigo? Debes tener reposo, lo sabes...- el omega levantó su mirada para conectar con la del alfa

—Mmm, mis padres tienen que irse e iré a despedirme, así que te traje tu almuerzo ya que no almorzaremos juntos- se encogió de hombros y estiró la lonchera para que el alfa la tomara

—No debiste

—Claro que sí, eres mi alfa, imbécil

Iván soltó una pequeña risa, Rodrigo quitó su mirada de él y la posó a una distancia en dónde habían unos bancos rodeados de arbustos grandes, como una plaza donde los estudiantes se sentaban y compartían en los recesos.

Se acercó a su alfa y dejó un casto beso en sus labios, haciendo que el mismo abriera sus ojos grandes en sorpresa, Rodrigo no era afectivo, si el alfa quería mimos o algo amoroso del omega, siempre era él quien lo iniciaba, sin embargo, está vez no pudo evitar sentir su corazon latir con demasiada fuerza.

—Nos vemos en casa más tarde, lobito- Rodrigo dejó otro beso más e Iván lo pegó a su cuerpo en un abrazo

—No dudes en llamarme por cualquier cosa ¿Bien?, cuídate mucho y cuida a nuestro cachorrito

—Si, papá

El alfa rió con gracia.

—Lo preferiría de otra forma, pero me conformaré por ahora.

Soltó al omega quien vió al grupo de amigos de su alfa y los saludó con la mano, volvió a ver al azabache regalandole una sonrisa y se dió la vuelta para irse.

Tal y como se imaginaba la omega lo seguiría.

Cuando salió de la universidad para tomar un taxi, volteó encarandola.

Su apariencia era sorprendente, no parecía la misma Agustina que tanto quiso.

—Vaya... Entonces eres tú

—No eres tan tonto, Rodrigo

—Ya basta Agustina, para ya

—¿Me pides que pare cuando vienes y lo besas ante mis ojos? ¿Estás declarándome la guerra, Rodrigo?

—Por supuesto que no, solo te estoy advirtiendo que no voy a dejar a mi alfa por ti, defenderé todo lo que quiero, Agustina, déjalo tú

La omega rió acercandose de manera intimidante, pero rápidamente paró cuando a sus fosas nasales llegó un olor extraño proveniente del omega al frente de ella.

—¿Qué ese olor?

Rodrigo suspiró y se dió la vuelta dispuesto a irse.

—Espero está vez nos dejes en paz, está más que claro que quién está haciendo las cosas mal eres tú, Agustina, y creeme que no quiero dañarte, pero si vuelves a hacer algo en mi contra voy a defenderme

No es que a Rodrigo ya no le importase la omega, porque si lo hacía, sin embargo, el instinto protector de su lobo le pedía a gritos defenderse, Rodrigo era un omega de sangre pura, era fuerte y grande, en el pasado, los omegas como él tenían la suficiente fuerza para enfrentar a un alfa, eran omegas excepcionales y poderosos.

Rodrigo se subió al primer taxi que se paró a su llamado y emprendió camino a despedirse de su familia, a la misma qye le pediría por favor de no abrumarlo con el tema del bebé, las cosas seguían iguales y mientras el embarazo siguiera siendo de alto riesgo, prefería mantener a las personas alejadas.

Por el bien de su cachorro.

[...]

Por otro lado el alfa se sentía ansioso, el lazo temporal era bueno en algunos sentidos, como para sentir las emociones del otro, pero no era lo suficientemente fuerte para sentir más allá que solo emociones, y eso lo tenía inquieto.

Él se esforzaba mucho para que Rodrigo estuviera del todo bien y no saliera de casa, pero hay al parecer el omega tenía planes distintos y la cabeza del alfa era un manojo de pensamientos.

Por eso aquella tarde mientras él se concentraba picando las carnes frías, el cuchillo atravesó su piel en un corte superficial, pero que lo hizo sangrar a montones.

Rápidamente saltó por el pequeño dolor agudo que ee instaló en su dedo, llamando la atención de aquella omega que no dejaba de mirarlo por lo distraído que estaba.

—¡Dios! Ven aquí- lo tomó rel brazo llevándolo a un rincón para limpiar y vendar la pequeña herida—¿Dónde tienes la cabeza? Tienes que concentrarte chico

Iván levantó la mirada hacia aquellos ojos azules.

—Lo siento...

La omega suspiró con tranquilidad y terminó de poner la bendita para mirarlo nuevamente.

—Sé que eres bueno, muy bueno de hecho, pero debes tener lis ojos puestos en lo que haces, si no todo será un desastre- la mujer sonrió comprensivamente ante la situación—Bien, ve a hacer tu trabajo, estaré observandote...

Iván asintió sin decir nada más y continuó en su labor.

Porque sí, el estilo re vida del alfa había cambiado, su mentalidad y acciones también, solo que, aunque sabía que lo hacía por el bien de su omega y cachorro, su vida no iba del lado bien, era desesperante, esperaba encontrar el camino y sentido correcto o todo terminaría muy mal.

Hate You- RODRIVAN !!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora