Hate You- RODRIVAN !!

08

El omega empezaba a levantarse en los brazos del alfa.

Iván estaba demasiado nervioso, jamás le había tenido miedo a un omega, pero ahora uno lo miraba con sus ojos color verde y ahí supo que Rodrigo había regresado y ahora lo miraba de manera extraña.

Para su sorpresa...

-¿Qué haces aquí?- su voz sonaba muy calmada

-Yo...eh...solo te traje a casa

El omega alzó un ceja y se quitó de su regazo sentándose al otro extremo del sofá.

-¿Dónde está Agus?

-¿Y yo por qué tendría que saber eso?

Rodrigo se encogió de hombros, el calor empezaba a llegar nuevamente y mucho más intenso.

-Debes irte, ya estoy bien- el omega empezaba a sudar y sus manos a temblar levemente

-Rodrigo, yo...

-¿Tú qué? ¿Qué?

-Pensé que...podría ayudarte...

-Como si te lo hubiera pedido, no necesito tu ayuda ¡Vete!- la cara de Rodrigo empezaba a tornarse roja por el calor en su cuerpo, su olor empezaba a esparcirse nuevamente y sin darse cuenta soltaba feromonas para atraer al alfa.

Iván volteó a mirarlo encontrándose con la imagen más excitante que jamás había visto, el omega estaba rojo y sudoroso, sus labios estaban entreabiertos y sus ojos volvían a tener ese destello violeta.

-¿Estás seguro de que quiere que me vaya?

El omega parecía perdido en la mirada del otro, su cabeza negaba frenéticamente, no quería que se fuera, por supuesto que no, sin embargo la poca consciencia que aún le quedaba le advertía que estaba apunto de cometer un error.

Lastimosamente el deseo y su lobo eran más fuertes que las advertencias de su mente, fue así como se abalanzó al alfa para besarlo con desesperación.

Jodido sea

Iván se sorprendió, pero no se quedó atrás, lo tomó con fuerza acomodándolo en su regazo una vez más, sus manis apretaban la cintura y sus labios buscaban saciar la sed del omega encima de él.

La mezcla de olores y gemidos pronto reinó en aquel departamento y solo ellos dos eran fieles testigos de los deseos de sus lobos, porque aquella noche bajo la luna llena, dos destinados por designo de la misma, se entregaban cuerpo a cuerpo.

Siendo imprudentes

Cuando mañana llegó el cuerpo de Buhajeruk seguía desplomado en aquella cama mientras Rodrigo lo montaba con rapidez y fuerza en cada sentón, como si ya no hubieran tenido sexo toda la noche e incluso en la madrugada, el omega parecía no tener cansancio, sin embargo su lobo empezaba a ceder a su parte humana el control.

Cuando el omega empezó a mover sus caderas de atrás hacia adelante, el alfa sostuvo fuerte su cintura y gruñó echando la cabeza hacia atrás, su orgasmo estaba a nada de llegar y los fuertes gemidos del omega no ayudaban a retrasarlo.

Volvió a vaciarse haciendo un nudo en el interior del omega, el mismo que gimió casi en un grito cuando sintió el miembro de alfa hincharse y palpitar en su interior, se recostó en su pecho respirando con dificultad. Mientras, el alfa bajó sus manos al miembro del lemga empezando a masturbarlo con rapidez.

-Al-alfa- gimió apenas con fuerza, su lobo empezaba a cansarse y darle paso a Rodrigo, cuando el orgasmo llegó el omega soltó un aullido quedando recostado sobre el cuerpo del alfa, sus piernas temblaban y su olor ya no era tan fuerte.

-¿Estas bien, bonito?- el alfa acarició el cabello castaño con cariño sin saber que el lobito ya no estaba, sin embargo las caricias de Iván se sentían lo suficientemente bien como para interrumpirlo, por eso Rodrigo asistió cerrando los ojos.

No siendo muy coherente y entregándose a las sensaciones del momento.

El nudo de deshizo y el alfa sacó su miembro ganándose un quejidos del omega.

-Ven, te daré un baño- Rodrigo levantó su mirada viendo los ojos oscuros del alfa, el mismo que al ver los ojos verdosos del omega, abrió los suyos con sorpresa.

-Te dije que te fueras ¿Por qué no lo hiciste?- el omega apenas podía hablar, se eentia cansado, su cuerpo dolía gracias al insaciable de su lobo y seguramente a lo duro que lo habian follado

-Yo...Tú...tu lobo, él...

Rodrigo rodó los ojos poniéndolos en blanco.

-Nunca le hagas caso a un lobo en celo, Iván, son manipuladores

El alfa rió recordando a aquel lobito tan bonito y mimoso que pedía su atención acada instante.

-¿De qué te ríes?

-¿Eh?

-Pareces imbécil riéndote solo ¿Qué es tan gracioso?

-Qué ofensivo eres Rodrigo, tu lobito es diferente

El omega lo miró con intensidad.

-¿Estás queriendo decir que mi lobo es mejor que yo? ¿Te gusta más? ¿Es eso?

El alfa lo miró incrédulo ¿Acaso estaba celoso de él mismo?

-No quise decir eso

-¡Lo dijiste!

-No lo hice

-¡Lo insinuaste!

Iván rodó los ojos, definitivamente el lobito se había ido.

-¿Sabes qué? Creo que te tomaré la palabra y me iré- tomó la cintura del castaño con cuidado dejándolo a un lado en el sofá

-Ah no, alfa de cuarta- lo tomó del brazo volviendolo a sentar-No debiste quedarte en primer lugar, aún faltan dos días de celo.

El azabache abrió sus ojos con sorpresa.

-¡Me vas a dejar seco!

-No te mandé a quedarte- se encogió de hombros levantándose sin importar su desnudez, Iván tragó grueso ante la imagen que tenía frente a él

El cuerpo blanco del omega, cubierto de marcas hechas por él, un lindo trasero y una piel hermosa.

Rodrigo era muy bonito.

-¿Vienes o te quedarás mirando?

El alfa sacudió su cabeza y se levantó a pasos torpes siguiendo al omega al baño.

[...]

Mientras cierta omega despertaba en una habitación extraña al lado de alguien que no conocía.

Recordaba haber visto al alfa llevándose a su mejor amigo entre sus brazos, como si hubiera un golpe bajo, entró a la fiesta nuevamente bebiendo como loca y besándose con cualquier alfa que se pusiera en su camino.

Se sentía demasiado enojada y frustrada.

Y es que esa noche su aventura con el alfa se había acabado, recordaba claramente sus palabras.

"No quiero ser grosero, Agustina, eres muy bonita, pero no puedo aceptar tu propuesta ni tus sentimientos, yo ya encontré a mi omega y lucharé por él, lo lamento, pero esto acabó."

Porque sí, esa noche ella se había declarado y le había propuesto ser su novio, pero aparentemente el alfa ya no queria nada con ella, y eso le dolía en el alma.

Aún más cuando sentía que él era su alfa.