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El segundo mes de gestión estaba empezando, para el alfa y el omega cada día era indescifrable, no sabían si era un día más para el crecimiento de su bebé, o un día menos para la muerte del mismo.

Aunque que el lobo del omega estuviera más tranquilo y constantemente lo mencionara, la verdad Rodrigo seguía desconfiando y sintiendo que en cualquier momento todo acabaría.

Las vacaciones universitarias por fin habían empezado, el siguiente semestre sería el último para Iván, sin embargo, a Rodrigo aún le faltaba para culminar su carrera y si el embarazo avanzaba, temía que tendría que paralizarla muy a su pesar.

Porque su bebé era primero.

Todo parecía ir bien, o al menos así lo veía el alfa, porque la verdad Rodrigo no dejaba de recibir mensajes amenzantes y burlones de su amiga.

Agustina al parecer no entendía una casa y era muy lamentable, ella también tenía un destinado por la luna, pero estaba tan obsesionada con Iván, que no podua ver mas allá del vínculo que se obligaba y aferraba a sentir.

Ese día, Iván había llamado más temprano de lo normal, se sentía más relajado por el descanso que tenía al no asistir a la universidad.

El omega ya estaba dormido, pero sus sentidos estaban tan agudizados que aún en su sueño pudo sentir la presencia de su alfa cuando entró a la habitación.

Se acercó al omega dejado un beso en su cabello y luego salió para darse un fresco baño.

Rodrigo ya le permitía dormir con él, porque la verdad el olor del alfa era tranquilizante y le hacía muy bien.

El omega abrió sus ojos aún soñoliento, pero con sus intenciones bastante claras, por eso cuando el alfa cerró la puerta del baño, se levantó quitando su pijama y escondiendola en algún lugar del closet, para ponerse una bata de dormir de seda sin ninguna prenda de ropa interior bajo ella.

Volvió a la cama tapándose con las gruesas mantas y cerró sus ojos, esperó varios minutos hasta que escuchó al alfa acercarse, incluso podía oír las gotas caer al suelo a medida que el alfa avanzaba al closet.

No fueron muchos minutos cuando lo sintió acostarse a su lado, su brazo rodeó la cintura del omega y su nariz quedó en su cuello, aspirando el olor de vainilla con destellos de cereza en él.

Un gruñido involuntario salió de él.

—Eres un travieso, bonito...

El omega abrió sus ojos con sorpresa, pero no reaccionó, solo se quedó allí quieto hasta que escuchó un:

—¿Seguirás haciéndote el dormido?

Una risita traviesa salió de sus labios y el alfa lo volteó para quedar encima de él, apresando sus manos a cada lado de su cabeza, le dió un casto beso y sonrió.

—Hola, lobito bonito- el omega sonrió estirando sus labios como un poquito para recibir otro beso, siendo totalmente irresistible a los ojos del alfa, quien no dudaba ni un segundo en complacer a Rodrigo en toso—¿Por qué despertaste?

—Estaba esperándote

—A ver...¿Cuántas veces debo decirte que...

—Llegas muy tarde y no puedo desvelarme, lo sé- un puchero salió de los labios del castaño e Iván se encargó de besarlo con un sonrisa

—Que bonito eres, amor

El omega levantó una de sus piernas haciendo que la bata se abriera ligeramente deslizándose por su piel, Iván bajó su mirada a la zona y tragó grueso.

Hate You- RODRIVAN !!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora