Epílogo

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Años después

Benjamín era un pequeño omega escurridizo, cuando cumplió un año empezó dar pasos muy fluidos al igual que balbucear más que simples palabras, con ello empezo a ser mas independiente y descubrír su pasión por andar con sus pies descalzos por todo el departamento.

A sus dos años era un lindo lobito lleno de dientes pequeños y una maraña de cabellos azabaches, era bastante parecido a su padre alfa pero con grandes ojos verdosos como los de su padre omega.

A esa edad Rodrigo e Iván se mudaron a una casa, con un gran patio y jardín, que para la fortuna del pequeño, eran sus lugares favoritos de la misma.

Esa mañana particularmente Benjamín cumplía tres años y como era costumbre, sus papás realizaban un pequeño festín en su honor.

Aun que para el pequeño omega la mariposa que volaba de flor en flor era más interesante, incluso más que el gran pastel de tres pisos decorado de "Pin pon"

Su animación favorita.

Sus cortas piernitas seguían el revoloteó de la mariposa con una radiante sonrisa que cautivaba a primera vista.

Quizás la pobre mariposa buscaba huir de él, pero a decir verdad el omega estaba encantado con esas alas coloridas que le causaban emoción.

Fue tanta la misma que logró rodear la casa y llegar a la entrada.

Había un pequeño camino a la entrada de su vivienda cerrada con madera, era muy bonita y hogareña.

Corrió y corrió hasta salir de su vivienda, siguiendo aquella mariposa.

El instinto de Rodrigo inmediatamente se puso alerta y empezó a buscar con la mirada a su cachorro.

El aire abandonó sus pulmones cuando no lo divisó entre las personas que compartían en el patio de su casa, ni siquiera Iván estaba a su vista y ¡Mierda!

Rápidamente dejo los platos de plástico en la gran mesa y empezó a buscar a su bebé.

—¿Hijo?- miraba minuciosamente a su alrededor y optó por caminar por los alrededores de la casa—¿¡Hijo!?

Cachorro

Eso era todo. Su lobo estaba alertandolo.

Corrió sin importar a la entrada de su casa guiado por el olor a cerezas de su hijo y una vez lo vió quedó perplejo.

Ella estaba ahí, tomando la mano de su hijo.

Sin pensarlo camino hacia ella y tomó a su bebé cargandolo, escondiendo su cara en la curvatura de su cuello.

Ella abrió sus ojos con sorpresa y dió un paso hacia atrás.

Rodrigo la miró, estaba tan distinta que incluso no parecía la misma Agustina que conoció hace años.

Su cabello volvía a ser negro con reflejos decolorados en color blanco, incluso estaba corto, seguía siendo delgada y de muy linda figura, aunque no proviniera ningún olor de ella, pudo detectar la gran mordida en su cuello y el anillo en su dedo.

Cómo el de él.

Era un anillo de boda.

—Rodrigo...

Decir que verla después de tanto tiempo no causaba nada en él, sería mentir, estaba jodidamente nervioso.

—Agustina.

Ella sonrió de manera triste y suspiró, en sus manos traía unos papeles y un llavero con varias llaves.

—Yo... Eh... Bueno, mi padre construyó un edificio en honor a las personas que perdieron su hogar en el incendio.

Hate You- RODRIVAN !!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora