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Los ánimos de Agustina estaban por el suelo, después de haber salido del departamento de Rodrigo se llevó una gran sorpresa cuando el alfa se soltó de su agarre y le hizo un gran reclamo por haber sido tan grosera. La omega pasó toda la noche triste y pidiendo disculpas al alfa, como si hubiera sido él a quien humilló de manera grotesca.

Rodrigo miraba el aura de su amiga apagada y su olor era un poco agrio por su mal humor.

—Titi ¿Qué pasa?- ella negó mordiendo su manzana mientras miraba al suelo

La cafetería era un lugar ruidoso, pero la particular risa de Iván se escuchó en la entrada, venía junto a sus amigos, mientras todos a su alrededor lo veían como su fuera lo más hermoso del mundo.

Solo es un engreído

El suspiro de Agustina cuando lo vió le hizo entender a Rodrigo que su estado de ánimo era por aquel chico, esto es se arriesgo a preguntar.

—¿Terminaron?

Ella volteó rápidamente y lo miró a los ojos—No, claro que no

¿Por qué lo había dicho como si tuviera tanto miedo de aquello? ¿Tan enamorada estaba?

—¿Entonces?

—Se molestó por como me comporté en la cena- un puchero salió de sus labios—Un momento...

—¿Qué?

—Roro, tú crees que...bueno que, ¿Puedas hablar con él?

Los ojos de Rodrigo se abrieron con sorpresa y rápidamente negó

—Lo siento Agustina, él y yo no tenemos una buena relación, además no lo soporto y lo sabes.

—Pero Ro, ustedes hablaron como si se conocieran de toda la vida- se cruzó de brazos haciendo un berrinche

—Fue por la casualidad del momento nada más

—Tú le agradas...

—Pero él a mí no

—Pero...

—No

—Eres un puto egoísta Rodrigo, si no hubiera ido a tu casa nada de esto hubiera pasado, ¡Debes ayudarme, soy tu amiga!

Rodrigo cerró los ojos con frustración.

—Pensé que me querías...

—¡No hagas eso, dios! No te victimices agustina, fuiste muy grosera

—¡Pero no con él! Esto es muy estúpido

—Eres increíble- Rodrigo recogió sus cosas para salir de aquella cafetería, Agustina había colmado su paciencia y ya había tenido suficiente con su comportamiento en la cena, ahora era demasiado caprichosa como para soportarla

—Roro, lo siento...

—No, Agustina. Parece que ese alfa te penetró hasta el cerebro porqué no me explico tu manera de actuar, así no es la Agustina que yo conozco

La omega abrió su boca para decir algo más, pero antes de que sucediera Rodrigo ya había salido de aquella cafetería, bastante enojado por el comportamiento de su mejor amiga.

¿Cómo era posible que se desviciera tanto por un alfa? A tal punto de ignorar completamente sus sentimientos para concentrarse solo en los del estúpido alfa ¿No era su mejor amigo acaso?

Fue a su casillero para tomar el libro que necesitaba para su clase y guardar el que ya había usado, cuando unos brazos lo acorralaron desde atrás apresandolo al casillero.

—¿Por qué no puedo olerte?- maldito alfa aprovechado, Rodrigo cerró su casillero con fuerza y se volteó quedando frente a el alfa que más dolor de cabeza le causaba después de su hermano menor.

—¿Quieres quitarte? No quiero otro motivo para tener a Agustina atormentando mi cabeza.

El alfa frunció el ceño sin entender a que se refería el omega.

—¿Por qué ella te molestaría?

—Por ti, porque le importa más lo que tú pienses de ella que lo que yo sienta

Iván se tensó por un momento.

—¿E-ella te gusta?

—¿Qué? Claro que no, ya quítate alfa molesto

Las pupilas de Iván se dilataron ante aquel apodo que tanto lo ponía y mucho más viniendo de su lindo Omega, miró alrededor asegurándose de que nadie los viera y tomó la muñeca del omega para llevarlo a un salón vacío.

Rodrigo se quejaba y trataba de safarse, pero la fuerza de aquel alfa era demasiada y no podía deshacer su agarre.

La puerta fue cerrada detrás de ellos.

—Quiero olerte, Rodrigo

—Deja de soñar- el omega quiso salir, pero el alfa lo detuvo

—Solo un poquito, dame un poquito de tu olor

—Ya te dije que no, déjame salir o te juro que voy a patear te los malditos testículos

—Haré lo que quieras, lo que tú quieras solo... Por favor, necesito calmar mis putas ganas de romperte el culo aquí mismo, necesito controlarlo antes que se apodere de mi.

Entonces Rodrigo entendió que se trataba del lobo de Iván, el omega tragó grueso mirando a su alrededor tratando de encontrar una respuesta o algo que sirviera, pero solo habían pupitres vacíos y ventanas cerradas por el aire acondicionado.

—Lo haré si... Perdonas a Agustina- el mayor lo miró frunciendo el ceño—Vuelve a hablarle o a tener lo que sea que tengan

—No

—Entonces olvídate de mi olor- nuevamente intentó salir pero un fuerte gruñido lo detuvo

El lobo del alfa le había gruñido, las manos de Rodrigo empezaron a temblar al igual que sus piernas, aquello lo había afectado y sin contar que su celo estaba a la vuelta de la esquina.

Tener a Iván en esa fase dominante y desesperado pidiendo su olor no ayudaba en nada.

—Rodrigo, ven aquí

Rodrigo negó sin mirarlo, dándole la espalda.

El alfa sentía como sus garras empezaban a salir y sus colmillos a picar ¿Qué le pasaba? Su celo aún no estaba cerca, pero oír a su omega decirle "alfa" fue como si hubiera despertado un lado bestial de él, ahora quería follar al omega tan fuerte hasta que le pidiera que se detuviera.

Como si estuviera entrando en el pre-celo.

—Ya no puedo controlarlo ro...

Entonces el Omega se dió la vuelta y se acercó abrazándolo dejando salir sus feromonas para tranquilizarlo, algo más que un neutralizador no podía simplemente ocultar.

El alfa hundió su cara en aquella zona entre el cuello y hombro donde nacía su delicioso y dulce olor a vainilla, pero tan fuerte como el sabor de la misma, mientras lo abrazaba con fuerza apretando su cuerpo con sus brazos.

Aspiraba lo más que podía del omega, sintiendo como poco a poco su lobo se calmaba y empezaba a emocionarse, confirmandole lo que él ya sabía.

Nuestro omega

Mío mío mío

Hate You- RODRIVAN !!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora