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—Dame otro besito

–Ivi...

–Solo uno más y me voy, lo juro

El Omega rodó los ojos y con una sonrisa le dio otro beso a su alfa.

–No quiero irme...- murmuro en sus labios cerrando los ojos—Quiero estar con ustedes...

–Entonces ¿Qué pasará con todo lo que te has esforzado todo este tiempo? Debes seguir, amor...

–Amor... ¡Me dijiste amor!- el alfa sonrió de oreja a oreja—Dímelo otra vez

–Ya Ivi...- El Omega puso los ojos en blanco levantándose del sofá para ir por su helado al refrigerador, pero como era de esperarse el alfa lo siguió

–Por favor mi lobito bonito, dímelo una vez y prometo que me iré, ya no molestaré más

El omega se giro para verlo.

–¿Quién dice que molestas?- tomo una cucharilla llevándola al bote de helado para luego comerlo

El alfa sonrió con ternura y se acercó abrazando su cintura.

–Cuídate mucho ¿Si? Mañana tendremos una cita

–¿Una cita?- el omega lo miro con un brillo en sus ojos, no iba a mentir en realidad le emocionaban esas cosas

–Quiero que hagamos las cosas bien, bonito, quiero ser tu alfa, tu novio, tu amor, el padre de tu primer cachorrito y de todos los que vengan, quiero serlo todo amor...- pegó su frente a la del omega, permitiéndole aspirar el olor a vainilla con destellos de cerezas y sumándole el olor a fresas del helado, era maravilloso

El omega rio y asintió.

–Entonces estaré ansioso esperando nuestra cita, Ivancito

Un último beso los unió antes de que el alfa mirara su reloj y se diera cuenta que ya debía ir al restaurante.

–Los veré más tarde- se inclino para dejar un beso en el bultito que estaba en el vientre del omega para luego dejar uno en la frente del mismo

Rodrigo suspiro, el olor del alfa estaba por todo el departamento y eso lo hacía feliz

El alfa lo hacía feliz...

El tiempo se le fue mirando programas divertidos en el televisor y comiendo todo el helado.

Porque su pequeño bebé era un antojoso de primera y lo hacía comer mucho helado de fresa.

Estiro sus piernas, se levantó para botar el envase vacío del helado y lavar la cucharilla.

Ya eran las diez p.m. seguramente su alfa estaba muy ocupado en la cocina, normalmente Iván no usaba su teléfono en el lugar donde trabajaba, no estaba permitido.

Así que el omega suspiro acariciando su pequeño vientre y camino hacia la habitación.

Tendría un buen sueño, de no ser por la fuerte alarma que empezó a sonar por todo el edificio.

El lobo del omega se puso en alerta de inmediato y Rodrigo empezó a sentir nervios.

Era una alarma de incendio.

Bien, mantuvo la calma, escucho como los pasillos se llenaban de personas corriendo, entonces decidió esperar un poco para poder salir, estaba embarazado y podía tener un accidente si salía con las personas corriendo como locas.

Seguramente no era tan grave, pero aún así tomo su teléfono, un abrigo y espero cerca de la puerta hasta que no escucho tantos gritos.

Al hacerlo...

Hate You- RODRIVAN !!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora