Guilty as Sin?

25. ayer nos pillaron

Martin se sentía muy estresado, y tener que estar escuchando a Juanjo haciéndole comentarios todo el rato no lo estaba ayudando en nada. Ni siquiera recordaba el momento en el que le había parecido buena idea invitarlo a su casa con la excusa de tener que terminar de hacer su maleta y necesitar ayuda, porque ahora el mayor llevaba horas rebuscando entre las prendas de su armario para analizarlas y reírse de ellas sin cuidado ninguno. Literalmente iba a matarlo.

"Esto te vendrá maravilloso si Álvaro propone de irnos de expedición al río. Ya sabes, a pesar y todo eso" bromeó, paseándole unas bermudas blancas que había conseguido años atrás en un mercadillo de Bilbao frente a la cara.

El vasco sintió sus mejillas arder, arrancándole la prenda de ropa de entre las manos casi con rabia. Apretó los dientes ante las burlas, pensando seriamente si echarlo de ahí o si directamente pegarle un puñetazo.

"Eres un gilipollas" fue todo lo que pudo decir, en cambio.

Y solo para llevarle la contraria, dobló las bermudas cuidadosamente antes de meterlas en la maleta, sacándole la lengua al mayor en un gesto que acabó pareciendo más infantil que chulesco.

"Perdona, perdona" intentó disculparse, pero sin poder cesar de reírse, teniendo que taparse la boca con la mano para tratar de contenderse. "Es que me lo estás poniendo demasiado fácil, no sabía que tu armario era así de bohemio."

Martin le regaló una mirada asesina, con la vena de la frente comenzando a marcarse debido a la rabia. "Si no vas a ayudarme con esto lárgate" bramó, señalando el lío que era su maleta aún tirada en el suelo.

Juanjo soltó otra carcajada más, aparentemente pasándoselo muy bien de ver al pequeño así. Al día siguiente tendrían que salir muy temprano para llegar a una hora decente a la casa de Álvaro, y el vasco había decidido dejarse aquello para el último momento, así que realmente se sentía agobiado de que no le diera tiempo o de que olvidase algo importante por error. Tenía el ceño fruncido frente a las bromas que estaba recibiendo y los labios apretados en una mueca ofuscada. Aquella escena le estaba recordando a cuando el más grande se metía con él por cualquier tipo de cosa, solo que ahora las cosas eran tan distintas que ya ni recordaba como hacía para defenderse.

"Oye, no te pongas así" Juanjo dio un paso en su dirección para tomarle de las mejillas y apretujárselas, consiguiendo que Martin se cabreara más y que finalmente lo empujara lejos de él. El mayor trastabilló un par de pasos hacia atrás, aún riéndose. Acabó por dejarse caer sobre la cama bajo la atenta mirada del menor, que observaba como se acostaba por completo en sus sábanas casi con recelo. "Venga, que acabamos de comer y aún estoy lleno. Vamos a dormir un rato y ya cuando nos despertemos te ayudo, te lo prometo."

Si bien era verdad que había aprovechado la ausencia de Rebeca como excusa para que Juanjo viniera y le preparara algo de comer, Martin no estaba muy seguro de si con eso se estaba refiriendo al plato de pasta o a lo que habían hecho después sobre la misma encimera de la cocina.

"¿Y si no me da tiempo a organizarlo todo? Te juro que como se me olvide algo no pienso volver a hablarte nunca en mi vida, y además..."

Juanjo se sentó sobre el colchón para alcanzar a tomarle de la muñeca y tirar de él hacia la cama, provocando que cayera sobre la misma en un grito ahogado que le obligó a cesar sus palabras. El mayor no tardó nada en envolverlo con los brazos, dejándolo totalmente prisionero por mucho que hubiera intentado sacudirse para volver a ponerse de pie.

"No seas tan meticuloso" le pidió. "Ya verás que cuando nos despertemos te ayudo, te lo digo enserio. Además, nos vamos a ir literalmente tres días, con que lleves un par de camisetas y algún pantalón te vale."