15. separados

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Fue al cerrar la puerta tras él, con el corazón latiendo desbocado, que se dio cuenta de que aún llevaba las cosas que le debía dar a Juanjo bajo el brazo. Y aunque estuvo a punto de darse la vuelta para volver a buscarle, hubo algo que le hizo hacer otra cosa muy diferente. Se colocó la sudadera por encima de la camiseta del pijama, y una vez tumbado en la cama, enchufó los auriculares a su teléfono para poder escuchar algo de música.

Martin no fue capaz de pegar ojo hasta bien entrada la madrugada, y cuando quiso darse cuenta estaba tan cansado que ni siquiera escuchó la alarma, y acabó por quedarse dormido. Pero para su suerte, a Ruslana le había pasado algo parecido, así que no estaba solo.

Resulta que los dos chicos habían estado muy mal acostumbrados a tener a Juanjo dispuesto a llevarles y recogerles todos los días del instituto, tanto que al final se habían olvidado de lo que era tener que ir andando hasta clase. No habían caído en que se deberían de haber despertado por lo menos media hora antes si querían llegar a tiempo a primero hora, y ahora les tocaba correr.

A Martin le avergonzaba mucho tener que hacer eso con una mochila a las espaldas, porque se sentía ridículo, pero como tenía a su mejor amiga al lado en la misma situación que él, pues intentó no pensarlo mucho. Además, siendo sinceros Ruslana se veía mucho más graciosa que él. Era demasiado pequeñita y la mochila le rebotaba cada vez que daba una zancada.

"Ahora te juro que echo de menos a mi hermano. No volveré a meterme con él, de verdad. Y si lo hago, espero que me recuerdes este momento." dijo la chica de manera ajetreada, fruto de su respiración inestable.

Y a Martin le jodió escuchar ese nombre, porque se había pasado las últimas horas pensando solo en la última conversación que había tenido con él, rememorando en su cabeza todas y cada una de las palabras que el mayor le había dicho. Aún se sentía confundido, y sentía que había algo que estaba pasando por alto. Lo que le estaba costando mucho era adivinar el qué.

No quería volver a saber de Juanjo después de que la noche anterior lo hubiera tratado de esa manera, aunque después se hubiera plantado en su casa para intentar solucionar las cosas. Pero a la vez había algo mucho más fuerte que le gritaba que siguiera intentándolo, que daba igual cuanto tuviera que perseguirlo. Qué tal vez valdría la pena.

Intentó concentrarse en cualquier otro pensamiento que le llegase a la cabeza, pero ni incluso subiendo las escaleras (o arrastrándose) para llegar a su clase lo logró. Estaba sudando y tenía calor, y solo podía pensar en alguien en quien no debería estar pensando durante ese momento de crisis.

La pelirroja abrió la puerta ya cerrada sin pensárselo mucho, y Martin se chocó contra su espalda cuando se quedó parada bajo el marco de la puerta. El profesor de historia los miraba con el ceño fruncido, porque hacía ya un buen rato que había empezado su lección, y odiaba ser interrumpido.

"Ay, perdón. Es que se nos ha hecho tarde." habló jadeante Ruslana, intentando recuperar su respiración.

Con suerte, y seguramente porque daban pena con las pintas que llevaban, les dejaron pasar, aunque hubiera sido mejor que no lo hubieran hecho, porque tener que pasearse frente a todos sus compañeros de clase de esa manera fue cuanto menos horrible. Empezando por la primera fila, en donde extrañamente ni Cris ni ninguno de sus amigos le miró, y siguiendo por las últimas, en donde Chiara y Paul los esperaban con curiosidad, puesto que ni él ni Rus solían llegar tarde nunca.

"¿Guys? ¿Qué ha pasado?" preguntó la inglesa en cuanto se sentaron, pero estaban tan derrotados después de la carrera que habían tenido que hacer que tardaron bastante en responder.

Finalmente, volvió a ser la chica quien lo hizo.

"Es una larga historia."

Y Martin la apoyó totalmente en lo que había dicho, asintiendo con la cabeza antes de dejarla caer sobre la madera verde de su mesa. Tomó la primera bocanada de aire completa entonces, notando como poco a poco el corazón le volvía a latir con normalidad.

Guilty as Sin?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora