"Hola" le dijo Martin en cuanto se separaron, luciendo extrañado."Hola" le respondió él, tratando de disimular lo rápido que le latía el corazón, sonriendo pausadamente. "Que guapo estás."
"Gracias" las mejillas de Martin se sonrojaron, pero no por ese cumplido, si no por todas las miradas que tenían sobre ellos. No entendió nada, parecía confuso. "¿Que...?"
Pero Juanjo se encogió de hombros, dando a entender que ni él estaba seguro de porqué lo había hecho. Porque estaba enfadado, supuso. Porque quería demostrarle algo a su familia. Porque le había salido solo, porque besar a Martin era lo primero que le cruzaba la cabeza cada vez que lo veía. Y ahora no quería darse la vuelta. Tenía miedo porque hacer aquello se había sentido demasiado bien, demasiado liberador, y ver la cara de sus padres o de su hermana podría cambiarlo todo. Pero lo hizo, y no se encontró con nada fuera de lo normal. Ruslana miraba al techo, como si allá pudiera encontrar algo de consuelo a la incomodidad latente de su pecho. David no gesticulaba ni una sola emoción. María tenía los ojos brillantes por las lágrimas. Juanjo no sabía si para bien o para mal.
Nadie dijo nada, nadie se atrevió a romper el silencio. Porque ya estaba hecho, ya estaban todas las cartas sobre la mesa. Juanjo se había liado con Martin, y acababa de contárselo a su familia sin necesidad de usar las palabras, a través de un mero impulso que ni él había planeado. Porque no era cualquier chico, era Martin. El niño que había crecido en su misma calle y la misma persona que llevaba viendo durante años. De ahí en adelante las cosas que fueran pasando se sentirían distintas, porque ya no estarían enmascaradas por ninguna mentira.
Rebeca se interpuso entre los cuerpos de Juanjo y su hijo, rodeándolos a ambos con los brazos, estrujándolos con mimo. Tenía una sonrisa muy grande en la cara, pero el mayor supuso que estaba haciendo todo aquello como pura distracción. Agradeció que fuera la única dispuesta a actuar con normalidad, a mirarles como si no acabase de ocurrir nada.
"Ay, mis dos bebes" murmuró, zarandeándolos a la vez. "Lo pequeño que era mi Juanji cuando lo conocí y lo grande que está ahora. ¿A que sí, María? Los hijos crecen tan rápido... Cuando te das cuenta mira, se hacen mayores y se van de casa, y tú no puedes hacer nada por impedirlo. Por dios, que me pongo ñoña."
"Pues sí" asintió su madre, pero su voz sonó ahogada, como en un susurro. Se giró para mirar de reojo a su marido, y pareció nerviosa cuando este no le correspondió. Los ojos le brillaron aún más. Apretó los labios y fingió una sonrisa ladeada, pero los mismos le temblaron cuando se dispuso a seguir hablando. "Pero mira a Martin, también está muy grande. Y guapísimo. Seguro que lo haces genial, cariño, como todos los años."
"Gracias, María" le dijo el pequeño, porque todavía no estaba seguro de cómo debía actuar frente a la familia de Juanjo. Porque ellos siempre lo habían acogido en su casa, y no sabía hasta qué punto aquello cambiaría después de ver que estaba liado con su hijo. Hasta el momento ser cordial era lo más prudente que podía hacer.
Fue la pelirroja quien propuso comenzar a buscar asientos, dando la excusa de que el lugar se estaba llenando pero en realidad queriendo marcharse de ahí cuanto antes, por la incomodidad de la escena y porque no soportaría más tener que ver aquello. Y su madre tampoco pareció disgustada, porque acabó asintiendo casi que con apuro, al igual que David, al igual que Rebeca, quien enganchó su brazo con el de María para comenzar a tirar de ella, buscando disolver aquel círculo extraño que se había formado, parloteando de cosas sin sentido para tratar de distraer la atención.
Y él avisó de que ya los alcanzaría, que le reservaran un hueco. Tampoco estuvo muy seguro de si alguien le escuchó, porque nadie se giró a mirarle. Y la mano de Martin tirando de él lo distrajo cuando trató de repetir lo que había dicho, llevándolo por los laterales del escenario hacia la parte de atrás, deteniéndose en el primer pasillo que vio vacío. Lo miró desde abajo, con esos ojos tan grandes y tan expresivos. Juanjo sonrió para demostrarle que estaba bien, que estaba tranquilo.
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Guilty as Sin?
FanfictionDonde Martin, un chico distraído y callado, descubre algo que no debería de haber visto o... Donde Juanjo, el hermano mayor de su mejor amiga, no soporta a la gente entrometida