Capítulo 5

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ー¿Y cómo es? ーpreguntó mi amiga mientras se rizaba el pelo frente al espejo de mi habitación.

ーPues no lo sé, no lo conozco ーrespondí mientras sacaba un top de manga larga negro de mi armario.

El cual iba a combinar con unos vaqueros negros y mis botas de confianza.

ーEso ya lo sé, digo físicamente. ーVolvió su cara para mirarme.

Sabía que contarle a Sofía sobre mi interacción con Alex el otro día había sido mala idea desde el momento en que sus ojos se iluminaron y sus labios esbozaron una sonrisa de picardía.

A mi amiga le encantaba el romance, y cualquier interacción que tuvieran dos seres humanos podía ser el comienzo de una bonita historia de amor. Le encantaba la idea del amor romántico, los libros de historias trágicas y las películas cliché.

En resumen, Sofía era en toda regla una romántica empedernida.

ーAlto, con el pelo castaño y ondulado y ojos marrones ーcontesté mientras me cambiaba la camiseta del pijama.

ー¿Es guapo?

Esa era la verdadera pregunta que llevaba queriendo hacer desde el principio.

No me hizo falta pensar mucho para saber la respuesta. Sí, era guapo. Encajaba perfectamente con mi prototipo de chico, (físicamente quiero decir), su personalidad extrovertida era algo que no terminaba de encajar conmigo.

ーSí, es mono. ーMe cepillé el pelo y me puse delante del espejo junto a mi amiga.ー Pero eso no importa porque es mi compañero de terapia y no estoy interesada en él ーrespondí y luego pase la barra de labios rojo por mi boca.

ーEs verdad, Alicia es la chica de corazón de hielo, nunca se enamora ーcomentó mi amiga en tono juguetónー. ¿Quién sabe? Alomejor es el amor de tu vida.

ーDices eso de cada chico que conozco ーrespondí poniendo los ojos en blancoー. ¿Recuerdas a Hugo a principios de curso?

ーNo me suena ningún Hugo ーcontestó mi amiga haciéndose la loca mientras terminaba de colocarse el pendiente largo en su oreja.

Hugo era mi compañero de carrera.

Había sido muy amable el primer día de clase sentándose a mi lado e iniciando un tema de conversación agradable. Luego se había ofrecido a ser mi compañero de trabajo para el proyecto que había que entregar a final de cuatrimestre.

Ese día, mientras almorzábamos en la cafetería le había comentado a Sofía mi inicio de clases y le había hablado sobre mi nuevo compañero. Se llevó toda la hora hablando de diferentes formas en las que íbamos a acabar enamorándonos y casándonos en algún lugar de París. ¿Por qué París? No lo sé. El caso es que Hugo resultó ser gay y tener pareja, a lo que mi amiga respondió diciendo que su radar del amor había fallado.

Terminé de pintar mis labios y me puse una chaqueta de cuero ancha.

Media hora más tarde nos encontrábamos haciendo cola fuera del local esperando para ver actuar a Nico. Había más personas de las que esperaba, por lo visto el grupo había hecho muy buena publicidad y habían vendido alrededor de cien entradas, bastantes para actuar en un local tan pequeño.

Mis tripas rugieron, la hamburguesa que me había comido para cenar había desaparecido ya de mi sistema digestivo.

Saqué una barrita Marx de mi bolso y me la comí en un instante. Eso alivió un poco los rugidos que provenían de mi estómago.

ー¿Quieres una? ーle pregunté a mi amiga sacando otra barrita Marx del bolso.

ーNo. ーNegó con la cabeza.ー Y deberías dejar de comer eso. ¡Ya te has comido una! ーexclamó como si fuera mi madre.

Déjame quererte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora