Prólogo

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El sol se estaba poniendo cuando salí del edificio.

El otoño daba comienzo a días más cortos y noches más largas.

Comencé a rebuscar en mi bolso buscando mis AirPods; pero estaba hecho todo un desastre.

Llevar un bolso grande significaba llenarlo de cosas hasta el punto de que pareciese el bolsillo de Doraimon. Saqué una barrita Marx, el cuaderno de dibujo (del cual sobresalían unos cuantos bocetos), y la cartera.

Empecé a bajar las escaleras del edificio frustrada conmigo misma por llevar demasiadas cosas cuando un fuerte golpe colisionó con mi hombro derecho haciéndome tirar todos los objetos que llevaba en la mano.

ーJoder ーexpresé en voz alta maldiciendo a la persona que había chocado contra mi hombro.

ーLo siento ーrespondió una voz masculina.

Comencé a recoger mi cartera, la barrita de chocolate y levanté la vista para buscar mi cuaderno.

ーCreo que esto es tuyo ーcomentó un chico de pelo castaño y ondulado mientras observaba mis dibujosー. Son realmente buenos.

El calor comenzó a subir hasta mis mejillas debido al cumplido. Nunca mostraba los dibujos que se encontraban en ese cuaderno, eran personales, imperfectos y más una fuga de emociones que dibujos para ser contemplados. Ese cuaderno de dibujos era mi diario personal. No escribía, pero dibujaba, y allí plasmaba todos mis pensamientos.

ーGracias ーrespondí mientras cogía mi cuaderno y guardaba el dibujo de una pecera con una mujer ahogándose en ella.

Ese que había estado contemplando el chico que se encontraba frente a mí.

ーMe llamo Alex por cierto. ーUna sonrisa grande marcaba un hoyuelo en su mejilla derecha.

Me quedé callada durante unos segundos mientras terminaba de guardar todas las cosas en mi bolso de tela negro. Toda aquella situación me resultaba rara e incómoda, no solía presentarme ante desconocidos en la calle. Las presentaciones se me hacían demasiado extrañas. Tener que decir tu nombre, dar dos besos en las mejillas, y eso por no hablar de las presentaciones que se hacían el primer día de clase. Las cuales hacían que me entrará demasiada ansiedad y terminará diciendo algo mal. A pesar de que las practicaba en mi mente aproximadamente unas cien veces antes de que llegará mi turno.

ーEncantada Alex ーrespondí mirando el reloj que llevaba en mi muñecaー. Llego tarde al autobús así que supongo que esto es un adiós ーdije colocándome de nuevo el bolso en el hombro y bajando las escaleras.

ーLa gente normal se presenta ーcontestó elevando la voz mientras me disponía a cruzar la calle.

Giré mi cabeza mientras observaba cómo bajaba el brazo. Era bastante alto, y porque no decirlo, también atractivo. El hoyuelo de su mejilla seguía marcado en esa sonrisa genuina.

ーSupongo que no soy normal entonces ーgrité y después de eso corrí hacia el autobús que estaba en la parada apunto de marcharse. Tendría que sacarme el carnet más pronto que tarde, pensé mientras jadeaba al llegar a la puerta del conductor.

Déjame quererte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora