Déjame quererte.

Capítulo 26

Para la hora de comer salimos a caminar por los alrededores del sitio donde nos estábamos hospedando con la intención de hacer un picnic en la naturaleza a modo de desconexión y relajación.

Cuando llegamos a una llanura verde con algunos árboles alrededor decidimos pararnos y preparar todo. Tiré la manta de cuadros azules y blancos en el suelo y acto seguido Alex desplegó toda la comida llenando de platos de ensalada, patatas fritas, bolitas de queso, y algunos sándwiches todo el lugar. Alex había estado en silencio casi toda la mañana después de la llamada, un aire taciturno le perseguía.

Era raro verle así, porque a pesar de tener un mal día siempre solía esconderlo todo detrás de una sonrisa.

Me metí una bolita de queso en la boca mientras lo observaba comerse su sandwich. La camiseta de mangas cortas dejaba a la vista su tatuaje.

A pesar de que estábamos a principios de enero el sol calentaba bien.

Quería que me contara todo sobre su padre, que me dijera el porqué estaba tan obstinado, pero no quería presionarle demasiado.

ー¿Cómo es la relación con tu hermano? ーpregunté de la nada con la intención de que al final termináramos hablando del tema.

ー¿Por qué? ーcuestionó con el ceño fruncido.

Está bien, estaba claro que lo que intentaba hacer era que me hablara de su padre. Aunque tal vez no había sido la persona más discreta del mundo.

ーNunca me has hablado de él ーrepuse sin importancia.

ーNunca me has preguntado por él ーrespondió, luego se incorporó un poco para mirarme a la caraー. Al principio lo odiaba ーconfesó con un deje de amarguraー. Odiaba que fuera fruto de una infidelidad. ーSu ceño fruncido me indicaba la batalla interna que le producían aquellas palabrasー. Apenas había podido mirarle a la cara la primera vez que lo vi.ーAsentí con mi cabeza alentándolo a que continuaraー. También odiaba a Rosa, mi madrastra, por no haberse dado cuenta del hombre que tenía al lado y de que todo lo que había vivido era una farsa. ーLas palabras salían de su boca de manera amargaー. Luego me odié a mi por no darme cuenta de lo mismo ーadmitió.

ー¿Cuántos años tenías?

ーDoce ーrespondió tirando de un hierbajo que había a nuestro lado.

ーEras un niño ーcontesté con cierta compasiónー. No tenías que darte cuenta de que tu padre era un capullo infiel.

ーPaso de ser mi héroe favorito al villano de mi historia. De la historia de mi madre. ーTragó saliva y tardó unos segundos en responderー. Poco tiempo después se puso enferma.

ー¿Cómo se llama tu hermano?

ーHugo. ーUna sonrisa melancólica curvó su bocaー. Tiene nueve años ahora y está hecho todo un Don Juan. ーNegó con la cabeza e incluso soltó una pequeña carcajadaー. Me ha pedido consejos para conquistar a una niña de su clase.

ーWow. ーYo también sonreíー. ¿Y cuál le has dado?

ーQue se preocupe por sus gustos y hobbies y que siempre le haga sentir cómoda y segura.

ーBuen consejo ーrespondí volviendo a meterme una bolita de queso a la bocaー. ¿Lo ves a menudo?

ーSuelo llevarlo a casa una vez al mes para hacer maratón de Harry Potter o jugar a la play...

ー¿Así que quieres hacerlo igual de friki que tú? ーpregunté con una carcajadaー.¿Qué opina de tu colección de legos?

ーLe encanta ーdijo satisfechoー. Aunque creo que no es el único. Sentí tu emoción cuando montaste el Titanic.