Capítulo 23 - Déjame acabar

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Narra Ainhoa

Había quedado con Claudia en mi casa otra vez.

Estaba algo nerviosa. Era la primera vez que la veía después de lo que había pasado y encima tenía algo que proponerme.

Que querrá ???

Media hora más tarde sonó el timbre, me puse una camisa abierta estilo playera y abrí.

Detrás de la puerta se encontraba una Claudia apoyada en el marco esperando a que la recibiera.

- Hola. Dije sin saber que decir pero con una sonrisa.

- Hola. Dijo mirándome directamente a los ojos.

Cada día me gustaban más.

Cuando entró me salió instintivamente querer besarla, así que me armé de valor y lo hice.

Cuando se acercó me incliné un poco y junté sus labios con los míos.

No hacía más de dos días que la vi por última vez y ya hechaba de menos esto.

Fue un beso lento pero que me sabió a casa completamente.

Cuando nos separamos pude ver su cara de confusión.

- Y esto? Dijo con una sonrisita.

- Pues no se, me apetecía y lo he hecho. Dije encogiéndome de hombros. Te parece mal? Pregunté con cuidado.

A modo de respuesta ella me devolvió el beso.

- Para nada, de hecho puedo volver a entrar? Es que creo que me he dejado una cosa en el coche. Dijo bromeando con una sonrisa inocente.

- Si quieres un beso solo tienes que pedírmelo ehh. Dije bromeando.

- Pues entonces. Dijo rodeando mi cintura con sus brazos a la vez que yo su cuello con los mios. Me das un besito porfi. Dijo haciendo un puchero.

Pero que cosa más mona, como iba a decirle que no?

Le di otro beso y este se alargó un poco más.

No llevaba ni cinco minutos en mi casa que yo ya había pasado diez entre sus labios.

Eran adictivos tienen un no se qué, que se yo, que me tienen loca.

El beso siguió y ella puso sus manos en mi culo durante unos segundo, hasta que nos separamos.

- Bueno vamos a la piscina no? Dije.

- Por supuesto. Dijo dándome un ultimo pico.

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Narra Claudia

Me dirigí a la piscina con una sonrisa de imbécil en mi cara.

No me esperaba para nada este recibimiento, pero si iba a ser así siempre me vería más amenudo en su casa sin duda.

Ya en la piscina yo no tarde nada en lanzarme al agua. Hoy hacia especial calor y lo necesitaba.

Mientras estaba en la piscina pude ver cómo Ainhoa llegaba.

Que guapa es por dios. Pensé para mi.

También se tiró a la piscina y vino nadando hacia donde yo me encontraba.

- Vaya regalazo tener esta piscina en tu casa. Le dije mirando al cielo.

- La verdad que para días como hoy si. Dijo sentándose en las escaleras para tomar el sol.

- Por cierto que es lo que quieres decirme? Preguntó curiosa.

- Haber, primero me gustaría hablar contigo de un tema que el otro día ya hablamos porque me lo pediste expresamente, pero no lo tengo muy claro

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