Capítulo 36 - Te mato

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Narra Claudia

- Has venido. Dije mirándola mientras me separaba del abrazo.

- Pues claro, no me lo iba a perder por nada del mundo. Dijo con orgullo. Felicidades mi super campeona.

Al escuchar eso no pude evitar besarla.

Cuando nuestros labios conectaron por primera vez después de días sin verse sentí lo mismo que cuando nos besamos por primera vez.

Un escalofrío me recorrió el cuerpo entero. Esa conexión que pese a que llevaba algo de tiempo sin sentirla no se había ido a ningún lado, de hecho estaba más flamante que nunca.

Sin darnos cuenta caímos ambas a la cama mientras nos seguíamos besando.

Ainhoa había quedado encima mio, y en un momento rápido se sentó encima de mis caderas obligándome a incorporarme.

- Espera. Dije parandola. No podemos, Alexia...

- Nos ha dejado la habitación libre hasta mañana por la mañana. Dijo cortándome y volviéndome a besar más necesitada que antes, a lo que yo no pude evitar sonreír.

Las piezas de ropa parecían quemar en nuestra piel y fueron desapareciendo de manera desesperada.

Nos dejamos llevar justo como habíamos estado esperando estos días. Llevábamos tiempo sin hacer nada y se pudo ver reflejado perfectamente en esa noche.

La ausencia de la otra había incrementado el deseo entre nosotras y cada movimiento era más desesperado que el anterior. Todo era mucho más duro, rudo, más fuerte.

Nos pasamos toda la noche entregándonos la una a la otra hasta tal punto que dormimos unas escasas dos horas en total.

Me desperté con Ainhoa abrazada a mi completamente desnuda. Al principio parecía un sueño. Y es que todo este tiempo había soñado con despertarme y encontrármela aquí, pero luego abría los ojos y volvía a la realidad.

Hasta hoy que se había cumplido. Estuve un rato admirando como dormía y la paz y la tranquilidad que trasmitía.

Comencé a dejar besos por toda su cara para despertarla. Teníamos que bajar a desayunar y en cualquier momento Alexia regresaría a la habitación.

- No te ha sido suficiente, todo lo que hicimos ayer. Dijo ella sonriendo con voz aún de dormida pero sin abrir los ojos.

- Si fuera por mí no hubiéramos parado nunca. Dije honesta. No sabes la falta que me hacía esto. La falta que me hacías tú, te he hechado muchísimo de menos. Dije besándola.

- A mi también me has hecho mucha falta. Confesó. Pero no sabías lo mucho que necesitas yo un buen polvo. Dijo bromeando.

- Ahhh, osea que solo me quieres para eso? Dije haciéndome la ofendida.

- A pero tú a mí no? Me siguió la broma. Pensaba que esto se quedaba solo aquí. Dijo para luego terminar riéndose.

Las dos nos fuimos a duchar, pero está vez no pasó nada. Íbamos con la hora pegada en el culo y en cualquier momento aparecería Alexia por la puerta. Y lo que me faltaba era que nos pillara justo en ese momento y me lo estuviera hechado en cara toda la vida.

Ni de coña. No podíamos arriesgarnos.

Acabamos de prepararnos y bajamos a desayunar.

- Buenos días. Dije yo saludando a todas las presentes en la mesa mientras Ainhoa iba a coger un café.

- Bueno, vaya caraaa. Dijo Mapi mofándose. Alguien no ha dormido mucho. Se rió.

- De nada ehhh. Me dijo Alexia. Si no llega a ser por mi. Dijo fingiendo superioridad.

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