Capítulo 13 - Lo has jodido todo.

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Narra Claudia

Fue una tarde increíble.

No me lo había pasado así de bien desde hace bastante tiempo. Hicimos de todo, comer, jugar a fútbol, bañarnos, hicimos karaoke...

Hasta que se nos hizo un poco tarde.

- Bueno chicas. Yo debería de irme ya. Dijo Irene levantándose. Es tarde y está mi mujer sola con Mateo en casa. A sido un placer Ainhoa, gracias por dejarnos tu casa. Se despidió la vasca.

- El placer es mío Irene. Podéis venir cuando queráis y la próxima vez traete a Mateo si quieres. Le dijo la actriz.

Que monaaa. Era más amable con todas.

- Bueno pues te ayudamos a recoger todo esto y nos vamos, que querrás descansar. Dijo Alexia levantandose.

- Que va. No os preocupéis. Esto ahora se recoge en un momento, no os molestéis yo soy la anfitriona. Dijo.

- De eso nada monada, que las que hemos invadido tu casa hemos sido nosotras. En un momento entre todas esto está más limpio que los chorros de loro. Sentenció Mapi.

Después de 15 minutos recogiendo todo y hablando un rato más, cada una se fue para su respectiva casa.

- Gracias por acogernos Ainhoa. Nos vemos pronto. Le dije dándole dos besos a la actriz a modo de despedida.

- Volver cuando queráis. Adeuu. Se despidió.

Durante todo el día no había pensado en ningún momento nada de lo que había pasado esta mañana.

Pero ahora, sola en el coche, me vino el golpe de realidad y no puede evitar pensar en ello.

¿Donde se había metido Patri todo el día?

¿Que iba a pasar con nosotras?

¿Querrá hablar las cosas? ¿Querrá verme?

Mil y una preguntas se me pasaron por la cabeza y me imaginé ochocientos escenarios posibles, pero desde luego que lo que pasó no fue ninguna de mis opciones, ni siquiera me lo planteaba.

Aparqué el coche en mi casa y fuera vi el de Patri.

Bien, buena señal. Esta en casa.

¿Vendrá dispuesta a arreglarlo?

Me apresure en entrar a casa, dejé mis llaves y zapatos en la entrada.

Pero me percate de un ruido un tanto extraño.

¿Eso eran besos?

Imposible.

¿Como iban a ser besos, solo estaba Patri en casa, no?

Avancé por el pasillo y cuando llegué al salón no podía creerme lo que estaba viendo.

Alrededor de todo mi sofá había un rastro de prendas que en mi vida habia visto.

Pero en el centro.

En el centro había una excitada Patri sin camiseta besando a una joven rubia que estaba sentada encima suyo con mucha pasión. Esta chica solo llevaba puesta una mini falda que poco dejaba a la imaginación ya que no llevaba nada debajo, tenía el pelo suelto y la mano de mi novia se había colado debajo de su falda.

La habitación estaba inundada de gemidos y jadeos procedentes de esa rubia.

- Y UNA PUTA MIERDA PATRICIA. Dije furiosa, con lágrimas en los ojos y soltando mi mochila al suelo.

El segundo de escuchar mi voz la rubia avergonzada comenzó a buscar toda su ropa mientras se vestía.

Patri se quedó helada. De piedra. No le salían las palabras y para lo que dijo mejor se hubiera quedado calladita.

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