Capítulo 25 - ¿Verdad o reto?

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Narra Claudia

Después de un partido como este venía la verdadera celebración.

La fiesta.

Habíamos quedado todas en que iríamos a nuestra discoteca de confianza y junto a todo el grupo se nos sumaban Ainhoa, Olga y un par de amigas de las chicas.

Habíamos quedado una hora después del partido y yo estaba de camino con Cata apunto de llegar.

- Vaya tela tu hoy no? Me dijo sonriendo mientras conducía.

- Que pasa conmigo? Me hice la loca.

- Que hoy follas seguro. Soltó. Anda que dedicarle el gol enfrente de todas vaya caras tenían. Jajajajajaj.

- Anda cállate. Le dije. Bueno Alexia algo se huele creo.

No nos dio tiempo a seguir hablando porque ya habíamos llegado.

Bajamos del coche y estuvimos esperando en la entrada hasta que llegarán todas.

- Se puede saber quién falta? Preguntó Mapi. Tengo un frío aquí afuera...

- Quien va a ser. Faltan Olga y Ainhoa que yo no sé para que las dejo arreglándose solas. Nos podemos tirar aquí esperando siglos. Dijo Alexia.

A los cinco minutos el coche de Ainhoa se asomó por la calle dejando deslumbrados a todos los que iban caminando por la acera con esas luces tan potentes que tenía.

Aparcó justo en la misma entrada de la discoteca, que suerte.

Abrió la puerta y se bajó del coche aunque parecía que lo hacía a cámara lenta.

Dios mío.

Llevaba un vestido por encima de las rodillas rojo de satén que tenía una obertura en la parte derecha por lo que  dejaba a simple vista parte de su pierna y muslo.

Bufff.

Vaya noche me espera.

- Cierra la boca que se te cae la baba. Me dijo Cata disimuladamente.

- Dios mío que guapa va. Dije embobada.

Sacó su bolso plateado a conjunto con los zapatos de tacón y con Olga al lado se acercaron a nosotras.

Se acercaban a nosotras con pasos firmes  y seguros sabiendo lo guapas que iban ambas.

Me giré a mi derecha y vi como la capitana miraba a Olga acercarse apreciando al pivonazo que tenía como novia embobada. Pero es que yo no estaba para hablar, porque me tenía hipnotizada.

Se acercaron y Alexia no dudo ni un segundo en plantarle un buen beso a su pareja marcando territorio y diciéndole ochenta veces lo guapa que estaba.

Yo me moría por hacer lo mismo, pero no podía.

En cambio Ainhoa fue saludando una por una hasta llegar a mi que era la última.

Me dio dos besos como a todas pero el segundo casi en la comisura de mis labios lo que me dejó peor todavía.

Yo la agarre ligeramente por la cintura y le susurré al oído lo guapa que estaba. Me dedicó una sonrisa y entramos dentro.

La noche iba bien, bueno mejor dicho perfecta.

Nos lo estábamos pasando en grande y hablábamos entre todas.

Hasta que empezaron con los juegecitos.

- Bueno que jugamos a algo o que? Dijo Mapi.

- Un yo nunca o algo así? Preguntó Ainhoa.

- Si pero mejor un verdad o reto. Dijo Vicky.

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