SONIDO 40

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Siempre creí que el querer estudiar lenguas era por querer hacer lo que mi madre hacía, enseñar, pero me di cuenta que estar frente a una parvada de idiotas no era lo mío, sin embargo, se me da bien, retomo algunas clases que ya tenía, en la semana voy con mis padres y mi madre lloró cuando me llevé algunos libros y libretas, me abrazó muy fuerte, sí, quiero retomar el estudio, Cristian sabe que no estoy preparado para enfrentar a la gente, pero en casa puedo avanzar, empaparme de lo de antes, refrescar mi memoria y eso he hecho.

Poco a poco voy repasando, estudiando y traduciendo, mucho es tecnicismo, no sé de qué se trata, todo es legal, jerga policial, cosas que no debería saber, por eso los archivos, o expedientes no están completos, no sé si solo estoy a prueba o simplemente no tengo la confianza como para que me den todo por completo, la verdad no me interesa, mientras tenga trabajo, casa y no me meta en problemas estoy bien.

El dinero llega, como si fuera una mensualidad, no es tanto como cuando era el sobre uno, pero sin duda muchísimo mejor que de lavaplatos.

Entonces creo entender la situación, mientras siga en esta casa, haga lo que me piden, no cree problemas, todo seguirá como hasta ahora. El pago llega cada día primero y ni hago esfuerzo por saber si hay más o no en la cuenta, dejé de checar eso, hasta bloqueé esas notificaciones.

Lo que sí, es que, hice un apartado como si fuera un pago mensual a mi cuenta principal, una cantidad fija y ahora con más prontitud, si de lo que hablan los papeles son delitos, no quiero verme involucrado en ninguno. Lo que me permite mantener mi dinero seguro, pero sin tener que fijarme cuánto me pagan, mientras mi cuenta se abone a la propia, estoy bien. 

Es viernes por la noche y Cristian me ha pedido que la papelería que ya he terminado, la vaya a dejar a casa de Scott, tomo un par de carpetas y las llevo, entro a la casa y las dejo en la mesa del comedor, no escucho nada, intento no hacer ruido, pues no quiero espantar a Scott, hay una puerta y la abro, es el estudio, me adentro y aunque no hay nadie, me pongo a fisgonear un poco, libros, papeles, figuras, computadora, un sofá, nada fuera de lo usual, hasta que llego al final del librero y me encuentro un par de fotos, en una está Scott más joven justo en medio y a su alrededor, todos aquellos con los que me topado en estos meses... Josh, Robert, Brandon y un par que no conozco, todos sonríen, en verdad me da curiosidad saber qué fue lo que pasó entre ellos, se ve que eran muy unidos.

La siguiente foto es Cristian y Scott, Cristian realmente era muy joven, se ve que lleva años trabajando para el señor Williams y veo la última fotografía, un chico guapo, apiñonado, tímido y sonriente, sujetando el brazo a Scott, ambos sonriendo... ¿Matt? ¿Será Matt? Levanto la vista y hay un porta retrato sobre unos libros, pero tirado, lo alzo y son todos Scott, Robert, Brandon Josh, Cristian y quien creo que es Matt, unos riendo a carcajadas, otros cubriendo su cara, pero creo que es vergüenza ajena, ya que Scott tiene a este chico del cuello, pero se ve que es en broma. Dejo la fotografía donde la tomé y salgo de ahí, ¿Será ese Matt? Si es así, por qué todos reían, por qué si tenían tan buena amistad, por qué todo se vino abajo, por qué Scott ha hecho todo por apresarlos o matarlos.

Siento un fuerte dolor en la frente, estoy por resbalar, pero pongo mis manos en la pared, escucho un arma cargar, abro los ojos y lo único que veo es el color beige de la pared, levanto un poco las manos, recargándome de la pared con los codos, giro un poco mi cara para que el señor Williams me identifique, no hay manera de que sea alguien más.

Pone el seguro al arma y es cuando respiro, ni cuenta me había dado que tenía el aliento contenido, me giro lentamente y cuando sé que me ha identificado completamente, recargo mi cabeza en la pared, veo que se guarda el arma y cierro los ojos.

Siento mi corazón acelerado, Scott se acerca a mí y acaricia mi cara, pero me da un papirote en la frente, me quejo de dolor, achino mis ojos y me sobo, me acaba de estampar en la pared y de verdad me ha dolido.

Escucho su risa, esa que tanto me gusta, saco mi cara de mis manos y lo veo, está sonriendo, acaricia mi cabello, extiende su mano, la miro y sin dudarlo la tomo, caminamos hasta llegar a las escaleras, las veo, incluso el pasillo que lleva a su cuarto, sube el primer escalón y me jala un poco, como sacándome de mis pensamientos, vuelve a sonreírme y subimos hasta su cuarto.

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Quién es Matt????

Nos leemos pronto!!!

EL SONIDO DE TU VOZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora