SONIDO 10

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Regreso por dónde vine y me siento un rato en un parque, veo a algunas madres cuidando a sus hijos más pequeños, abriendo sus brazos para recibirlos, algunos apenas están dando sus primeros pasos, mi madre siempre fue cariñosa conmigo, mi padre también, pero después de los quince años, comencé a agredir a cualquiera que ofendiera a mis padres, mi madre siempre ha sido profesora, muchos de sus alumnos la quieren, porque es buena y se preocupa por ellos, mucho tiempo estuve celoso de ellos, porque ocupaban el cariño que a mí me correspondía, por más que mi madre me decía que el cariño que les daba a ellos no era el mismo que para mí, yo siempre estuve celoso, entonces cuando empecé a ver que ella los abrazaba más que a mí, fue cuando comencé a ser agresivo, no solo con ella, sino con cualquiera que quisiera abrazarla, mi padre habló conmigo, me dijo que ese era su trabajo, me explicó el cómo había maestras que igual a mí me querían, pero yo no entendía razones, entonces mi papá tuvo que ser enérgico y de alguna manera agresivo conmigo , nunca me golpeó, pero yo sí, solo una vez lo golpeé demasiado fuerte, creo que fue cuando tenía dieciocho, un solo golpe le di y cayó al piso, mi madre lloró mucho esa ocasión, aun así ambos tuvieron mucha paciencia conmigo, pero cuando entré a la universidad, yo ya era todo un caso, cualquiera que me hacía de menos a mí o a mis padres, yo siempre respondía con golpes, fue cuando me corrieron de la escuela y mi padre me corrió de la casa.

Así que, desde hace tiempo, he estado en la calle, buscando mi propio dinero, comida y un lugar dónde quedarme, solo que cada año, cada cierto tiempo, solo soy agresividad y nada más.

Salgo del parque y camino otro poco, al querer cruzar la calle un auto se detiene, me sorprendo, pero calmo mis sentidos cuando veo al asistente bajar de la parte trasera del auto.

-Fui a tu casa y no te encontré. ¿Acaso pensabas huir?

-No estoy de humor, así que mejor ni le busques.

Se acomoda un poco los pantalones y puedo ver claramente el chaleco donde porta el arma, volteo a todos lados y me acerco a él.

- ¿Estás loco? ¿Cómo se te ocurre mostrar el arma?

Él me mira seriamente, se hace a un lado para indicarme que entre al auto.

-No pensaba huir, solo salí a caminar.

-Eso me alegra, cuando la gente es tan agresiva como tú, el ejercicio es muy bueno, solo que... dudo que venir a buscar a tu madre, sea algo positivo para ti.

Abro los ojos sorprendido, y giro mi cabeza hacía la dirección en donde está la escuela donde mi madre trabaja. Regreso a mirarlo.

-No te atrevas a tocarla. –Se lo digo entre dientes.

- ¿Por qué habría de hacerlo? ¿Acaso piensas dejar de trabajar o hacer algo en contra, como para que mi jefe, me haya dado instrucciones de hacer algo en contra de ella o de tu padre? No ¿O sí?

Lo miro de forma agresiva y presiono mi quijada, intento controlarme, de verdad que me estoy esforzando.

-Entra al auto, tenemos que hablar del trabajo de esta noche.

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Pues si, lo tienen bien investigado. 

EL SONIDO DE TU VOZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora