Entramos a su recámara, me recarga en una de las paredes y acaricia mi cara como hace un rato, levanta un poco el flequillo de mi frente, entre cierra los ojos y hace una mueca, sí, no dudo que lo tenga rojo y pronto un enorme chichón, al aventarme a la pared, lo hizo con la intención de defenderse, de someterme.
Me besa, correspondo, giramos nuestras caras para no perder el beso, ambos nos complementamos, he besado a muchas chicas, algunas no saben besar, algunas solo dejan la boca abierta, pero Scott si sabe hacerlo. Al separarnos Scott pone su frente en la mía y me quito por el dolor, vuelvo a sobarme la frente, vuelve a reír, se aleja y va al mueble donde tiene el licor, señala la botella, cuestionándome si quiero, pero, aunque es un buen día para tomar, no tengo la intención de hacerlo por el motivo de olvidar o darme el valor para ello.
Así que, niego con la cabeza, me acerco a él y vuelvo a besarlo, sin dejar de hacerlo, tomo el arma que aún tiene en la parte trasera del pantalón, se separa de mí de inmediato, levanto los brazos, en una mano tengo la pistola y la dejo en la mesita que tiene ahí, donde pone el licor y los vasos cuando vengo, regreso con él y le bajo el pantalón deportivo junto con el bóxer.
Veo su miembro, no está por completo erguido, pero sin duda no lo tiene flácido, lo miro a los ojos, me acerco más y lo beso, acaricio su cara, lo sujeto de la parte trasera de la cabeza, luego lo voy besando poco a poco en el cuello, lamo su oreja, escucho un ligero gemido que me excita, es sutil, siempre me ha molestado que ellas exageren, que incluso griten, con Scott es sutil y agradable. Lo voy desnudando.
Paso mis manos por su pecho, juego con sus pezones, sigo bajando dando besos, lamidas y pequeños chupetones que no dejan marca, hasta que llego al final de su abdomen, me quedo ahí, lo que debería hacer es chuparle el miembro, hacerle una mamada, pero jamás lo he hecho, nunca a nadie, lo que me deja en una profunda lucha, entre querer hacerlo, rendirme ante él, no pensar y hacerlo o retirarme por completo.
Solo que mi sorpresa es abrupta cuando me toma en brazos y me azota en la cama, casi grito del susto, pero me calla al besarme, ahora es él quien toca mi cuerpo, quien lo acaricia y yo me concentro en no hacer mucho ruido.
Gimo, sacando el aire, busco algo con qué tapar mi boca, pero me retuerzo en la cama, cuando se mete mi miembro a la boca, dejo mis brazos en ángulo sujetando con fuerza la almohada, estoy perdido, no pienso en nada, solo siento el profundo placer de su boca, deja de chuparme y lo agradezco porque necesito respirar adecuadamente, lo veo levantarse y sé que irá por los condones y el lubricante, así que me desnudo por completo.
Tiene una manera tan delicada de prepararme, que justo es lo que me descoloca, ya no es el hecho de no haberlo hecho nunca, o el que sea un hombre, sino que realmente me gusta, disfruto muchísimo de la sensación, del cómo se eriza mi piel, del cómo mis gemidos cambian a unos que jamás había escuchado.
Estando en cuatro soy penetrado, sujetado con fuerza de las caderas, con ganas de tener algo a la mano que pueda meter a la boca, pero no tengo nada, así que trato de sacar el aire despacio, de sujetar con fuerza la funda de la cama, mi garganta está seca, su respiración lenta, pausada me indican que ha acabado.
Sale de mí y cae a un lado mío, está cansado al igual o más que yo, ambos nos ponemos de lado yo recargado en mi brazo derecho y él en el izquierdo, le acaricio la cara y le sonrío, él hace lo mismo, toma mi miembro y lo estimula, sigo erecto, pero no terminé, bombea, bombea fuerte, pero no me toma con fuerza, no me lastima, en unos minutos me corro, abrazo a Scott, dejo mi cara en su pecho, sintiendo la reacción de mi cuerpo, desde que tengo sexo con él, mi culo palpita cuando termino, es una nueva sensación, pero muy agradable. Una hora después estoy en mi casa, me baño, me cambio y me duermo profundamente.
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Cuando el sexo es consensuado se disfruta por completo.
Gracias por leer!

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EL SONIDO DE TU VOZ
RandomJan Parkin un chico problemático, incapaz de controlar la ira. Scott Williams un hombre que no tolera el descontrol. Uno debe aprender que las cosas no se resuelven con violencia. El otro que no puede tener el control de todo. Ambos vivirán circuns...