Llegamos a casa, mi madre nos dirige a lo que era mi recámara, lo acuesto, Scott se queja, pero logro acomodarlo en la cama, poco a poco le he quitado el saco, el chaleco, y los zapatos, mi madre entra a la recámara con una palangana con agua, un trapo, y el botiquín.
Todo lo deja en el escritorio, que no tiene mucho, alejo las pertenencias de Scott y le voy ayudando a mi madre tanto a limpiarlo como a curarlo. Mi madre pone atención a no presionar mucho el algodón, pues Scott se queja.
-Ya había olvidado hacerlo. –Scott se queja un poco más, pero sé que es por los oídos.
-No hables muy fuerte ma...
Ella me ve y luego a Scott, asiente y sigue poniendo vendoletas en su cara, sé que Scott podría ir a casa o al hospital, pero no sé qué ocurra allá afuera y es mejor dejar pasar un tiempo.
Cuando terminamos de curarlo, mi madre arropa a Scott en lo que yo voy a tirar lo que ya se ha ocupado, regreso con la misma palangana, solo que, con agua limpia, mi madre me hace sentarme en la silla y me cura un poco la cara y los nudillos.
-No debí exponerte, lo lamento...
-... no fue el mismo motivo que en el pasado... no buscaste un pleito, sino defender a...
Ambos nos quedamos viendo a los ojos, pero no sé qué responderle y ella, no aclara su comentario, ella gira la cabeza para ver a Scott que tiene los ojos cerrado y regresa a mirarme.
- ¿Te gusta? –Me lo pregunta en un susurro. Solo asiento la cabeza, ella me regala una sonrisa muy dudosa.
Quisiera decirle algo, pero solo lo he confirmado abiertamente con Eliud y sé que él no dirá nada, pero hablarlo como tal con Scott... no, no lo he hecho, solo sentí que debía ayudarlo, no como mi jefe, sino como alguien de quien estoy enamorado.
Estoy tratando de buscar en mi cabeza las palabras adecuadas, mi madre me da tiempo de pensar, pues con cuidado cura mis heridas, ha terminado, me da un beso en la frente.
-Quiero que seas feliz, solo eso. Todo lo demás que decidas, será lo correcto.
Me abraza, yo rodeo su cintura y lo hago por igual, pero no le confirmo nada. Voy a dejar todo lo que hemos ocupado, lo dejo en el baño o en la cocina, según corresponda, mi madre se ha quedado con Scott, antes de entrar escucho que hablan, pero como lo hacen muy bajo, no logro oír bien, pero al abrir un poco la puerta, mi madre le dice a Scott "Te gusta mi hijo", no logro escuchar lo que le responde, pero entro a la habitación, ella se levanta, toca mi brazo y entonces me siento yo, para poder cuidar a Scott.
Mi madre nos trae un poco de comida, que le doy a Scott, cuando terminamos, mi madre entra y yo la recibo con un abrazo, solo que nos separamos cuando el portazo de la puerta de mi recámara se escucha, todos hemos saltado, incluso Scott, me levanto y me pongo frente a mi madre, la alejo de la puerta, después me acerco a dicha puerta.
- ¡No! –Grita mi madre, he caído al suelo, cuando mi padre me ha dado un fuerte puñetazo en la cara, muevo un poco la quijada, vaya golpe que me ha dado, todos los que hace rato recibí me han dolido, solo que este no solo me duele en la cara, sino en el corazón.
- ¡Levántate! –Con esfuerzo me levanto, mi madre intenta ayudarme, una vez de pie, vuelvo a alejarla.
Me pongo frente a mi padre, con la cabeza y mirada hacia abajo, recibo un segundo golpe, que por igual me hacen caer, cierro los ojos presionándolos más, cuando el golpe del cinturón me da en la espalda, el segundo golpe llega por igual de intenso.
-Señor Parkin... por favor... –Ese es Scott.
-Señor Williams ¿No es así?
-Sí... –Scott le contesta adolorido.
-Le voy a pedir que no se meta en nuestros asuntos familiares.
Scott calla, yo me quedo en el piso, esperando más golpes, pero llorando, no es por el dolor, pese a que realmente me arden, sino porque me siento el niño de quince años regañado por haber agredido a alguien, y pese a que lo he hecho, y que el motivo no es el mismo, aun así, me siento humillado, por el hecho de sentir que estoy como en el principio, que en este momento mi padre me correrá de la casa y no quiero eso.
-Lo siento... perdóname. –Me incorporo un poco, pero me quedo arrodillado frente a él llorando, levanta el cinturón y me vuelvo a hacer pequeño en ese lugar, mi madre se pone frente a mí, con un llanto marcado y le suplica.
-No... déjalo, es mi hijo... Norman... nuestro hijo. –Y sigue llorando, es tan doloroso su llanto que la abrazo de las piernas, mi padre deja caer el cinturón y la abraza a ella, pues ambos están de pie, pero siento la caricia de mi padre en mi cabeza y los tres seguimos llorando.
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Ese "Volver al pasado" cuando los hechos y actitudes son similares, pero no los motivos, son los que hacen la diferencia.
La reacción del padre de Jan, solo es el reflejo de su miedo.
Gracias a mis lunas brillantes por acompañarme en esta historia!!!

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EL SONIDO DE TU VOZ
AcakJan Parkin un chico problemático, incapaz de controlar la ira. Scott Williams un hombre que no tolera el descontrol. Uno debe aprender que las cosas no se resuelven con violencia. El otro que no puede tener el control de todo. Ambos vivirán circuns...