SONIDO 13

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Aunque todo trabajo que realizo es cuestionable, lo hago, no entiendo por qué siempre hay dinero de por medio, por qué le deben tanto al señor Williams, lo que me da curiosidad es el hecho de que sean sicarios los que pagan.

El señor Williams vive en una buena casa, no es una mansión, si es mafioso, cubre muy bien su fachada, sé que paga el departamento en el que estoy, tiene todos los servicios, tampoco es lujoso, pero está bien ubicado, pero sé que, no es cualquier departamento.

Paga el salario de su asistente, aunque estoy seguro que, si no le pagaran, aun así, trabajaría para él, siento que hay un cariño muy especial por el señor William.

Mi mayor curiosidad es, la cantidad de dinero que se maneja, tal vez sea el pago de armas, droga, no sé, pero es mucho dinero, el cual ha quedado tirado en varias ocasiones, es una tentación muy grande, pero algo que no soy es ser un ladrón, y lo que menos quiero es meterme en más problemas.

He iniciado mis terapias, con el sueldo me las puedo pagar, las primeras sesiones han sido difíciles, pues casi le parto su madre al psiquiatra, tratarme o decirme que es el niño reprimido que llevo dentro lo que me hacer ser así, no fue lo mejor para entender, más que nada, sentí un insulto al decirme que soy un niño pequeño sin amor, porque sé que hasta la fecha mis padres me aman.

Dejo de pensar en ello cuando Cristian me llama.

- ¿Harás que nos maten a todos?

-... Lo siento.

Me acerco y pongo atención a los planes, veo un mapa de calles, en algún momento crucé por ellas, si mal no recuerdo fue de cuando me drogué por primera y única vez, las recuerdo, así que pienso que esta ocasión, son deudas de drogas.

El cobro de ellas es lo que haremos, o eso asumo, en esta ocasión, tres motos, más personas y más autos, un nuevo jefe tengo para este trabajo, pero cuando me dan un arma, declino, Cristian me mira.

-Sabes que no lo haré, no planeo ensuciarme las manos.

-Solo es para tu protección.

-Sí claro, Lucas lo dejó en claro la vez pasada. No usaré armas.

- ¿Planeas que te maten? Entre todos debemos defendernos. –Eso me lo dice George, mi ahora nuevo jefe para este trabajo.

-Llevo varios trabajos, y no he necesitado armas, cuando deba defenderte lo haré, pero sin armas.

-Cristian, no planeo morir, o me pones a alguien que sepa hacer su trabajo o no lo acepto.

-Tranquilo George, yo me encargo.

Todos salen a sus puestos, unos checan sus armas, otros estiran y otros se ponen las capuchas. En lo que Cristian se acerca a mí. Me da el arma, pero yo solo la miro.

-Llévala por seguridad, si no hay necesidad no la saques, si tienes que defender a alguien, solo hazlo caer, no te aceptarán sino llevas el arma, si no haces el trabajo, el señor Williams no te pagará el trabajo y aún peor, te sancionará, solo has lo que se te pide.

Veo a Cristian a los ojos, y le arrebato el arma, me la coloco atrás del pantalón, llevo meses trabajando para ellos, cada vez más cansado, las manos me duelen horrible, a veces las vendas no son suficientes, meses en los que me han enseñado a disparar, donde entreno en un gimnasio, donde me pongo en forma, golpear era normal para mí, pero me quedaba en casa, hacia algo de abdominales, lagartijas y listo, pero ahora boxeo un poco, estoy en la caminadora y en la cuerda, trabajo más mi cuerpo y sin duda más mi corazón.

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Ahora tienen sus huellas digitales en el arma, nombre, así no podrá salir de esto fácilmente.

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EL SONIDO DE TU VOZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora