SONIDO 30

26 3 4
                                        

Llego a casa, la aseo un poco, como, duermo un rato y después veo una película, este fin de semana iré a ver a mis padres, mi papá está mucho más tranquilo y eso me hace sentir más relajado cuando voy a verlos, queremos comer en casa, pero llevaré algo de comer, no queremos que mi madre guise y se canse, le hemos pedido que se jubile, pero cuando nos dijo que no podía dejar a "Sus niños" mi padre me miró, luego la vio a ella, que se cubrió la boca con sus manos, bajé la mirada, no sentí ningún sentimiento de frustración, rabia, enojo, me autoanalicé brevemente. Sonreí al sentirme bien, cada que voy con mis padres me esfuerzo más en no olvidar tomar la pastilla, solo dije "En un par de años más podrás dejarlos, debes descansar, por ahora comamos" lo dije consciente de ello, el hecho de que ambos se pusieran nerviosos por mi reacción, me hizo darme cuenta, de lo preocupados que los tengo y no es algo que quiera seguir haciendo.

El celular suena, es una notificación "A las doce" cierro los ojos y recargo mi cabeza en el respaldo del sillón, tengo algo de sueño todavía y pensar en que después tengo que ir a algún bar me hace tener más sueño, pero las palabras de Eliud me suenen en la cabeza "Tómalo con calma, ya estás ahí"

Doce en punto estoy en la casa de Scott, hace un par de semanas, Cristian me ha dado el código, por lo que él ya no me lleva ni me trae, puesto que ya no me presento ebrio.

Entro a la casa, subo las escaleras y entro a la recámara de Scott, escucho la ducha, así que lo espero, veo en la mesa de siempre, la botella cerrada y dos vasos, siempre abro la botella me tomo dos o tres vasos de jalón, los cuales quisiera que me subieran la borrachera de inmediato, pero no es así, apenas me marean, pero al caer en la cama cierro los ojos e intento pensar en lo que sea, en cualquier estupidez que no me haga alejarlo y que no me haga disfrutar, porque para mí mala suerte Scott es un buen amante.

Me siento en la cama, justo en la orilla y me froto la cara con ambas manos, vengo bañado, mi piel aún huele a crema y loción, me echo el cabello para atrás con una mano, la puerta se abre y miro a Scott, ha salido con una toalla enrollada en la cintura y tiene una pequeña en la mano, miro su cuerpo, está marcado, sus hombros, sus brazos y sus pectorales son marcados y firmes, yo tengo marcado los brazos, un poco el abdomen, dudo que llegue a estar tan ejercitado como él, mi piel es blanca, el de él es apiñonada, no tiene marca de sol, para la vida que lleva, dudo que salga a la playa y se tome vacaciones.

Mira la cama, algo en particular, giro mi cara y puedo ver un par de condones, el lubricante y cerca de mí, la bata, solo he llegado unos cinco, siete minutos antes, supongo que sería el tiempo en el que él pudiera haber salido del baño, secarse y ponerse la bata, pues es así como siempre lo encuentro.

Voltea a ver la mesa y sigue la botella tapada y los vasos vacíos, vuelve a mirarme, qué puedo decirle, simplemente no debo hablar, pero tampoco sé qué le diría, porque ni yo mismo sé por qué no he intentado emborracharme.

Se acerca a mí, solo lo veo, he dejado de ver su cuerpo, que evidentemente está muy bien trabajado, ahora lo veo a los ojos, me mira tranquilo, es la primera vez que lo veo así a los ojos, consciente de verlo, de alguna manera de analizarlo.

Está justo enfrente de mí, levanto ligeramente la cabeza, puedo verlo mejor, acaricia mis labios, juego un poco con mis ojos, intento no verlo, no ponerme nervioso, cierro los ojos y abro muy ligeramente la boca, mis labios se mueven por la caricia que hace en ellos, introduce un dedo en mi boca, la abro un poco más, toca mi lengua, saca el dedo y vuelve a jugar con mis labios.

Cuando siento sus labios sobre los míos, es cuando abro los ojos, pero él los tiene cerrados, no me alejo de él, una vez más "Tómalo con calma, ya estás ahí" vuelve a sonar en mi cabeza. Así que correspondo al beso, me siento extraño besándolo, por un momento me siento torpe al besar, cosa que me hace molestarme, pues sé besar, las chicas me lo han dicho, entonces vuelvo a besarlo, de manera tranquila, pero consciente de hacerlo bien.

Chupa mi lengua, eso sí lo siento extraño, cuando he sido yo, quien les chupa la lengua a las chicas, estando borracho, ni cuenta me doy de cuánto me besa el señor Williams, sé por demás que no le correspondo y que de hecho las primeras veces siempre giraba mi cara para no besarlo, pero ahora lo estoy haciendo, estoy besando a Scott Williams y desafortunadamente no me es desagradable.

Seguimos besándonos por unos minutos, sus manos comienzan a quitarme la ropa, abro los ojos y está mirándome, baja la camisa de mi hombro izquierdo, bajo un poco la mirada y luego veo mi hombro descubierto, me quedo así unos segundos, sin saber qué hacer, pero sé a lo que vine, sé que el pago siempre llega y que aunque con el sobre uno ganaba más, sé por igual que me acercaba a mi fin más pronto, bajo la cara y la mirada y sigo quitando los botones que faltan, las manos me tiemblan impresionantemente, tanto que me es difícil quitarlos.

Las manos de Scott me ayudan, por lo que desisto de seguir haciéndolo, recargo mis manos detrás de mí, evitando que mi cuerpo caiga a la cama, mientras que Scott quita los botones, abre mi camisa y comienza a lamer mi pecho.

Me cuestiono si será buena idea ir a beberme esos vasos de licor, cuando sus besos húmedos están por mi cuello, dejo caer mi cabeza del lado contrario de donde me está besando, la piel empieza a erizarse, poco a poco dejo salir el aire de mi boca, me recuerdo que no debo decir nada, que debo callar siempre.

Su lengua pasa por uno de mis pezones y juega con él, echo mi cabeza para atrás, no quiero verlo, no quiero sentir mi piel erizarse, no quiero sentir mi cuerpo reaccionar.

Toma el cinturón y lo abre, un pequeño jalón da a mi pantalón, levanto la cabeza y puedo ver cómo va quitando los dos únicos botones que tiene el pantalón para abrirse, toma la pretina y levanta la mirada, ambos nos miramos, no sé qué mirada tengo, pero siento mis ojos picar, solo tengo que levantar la cadera para que él pueda quitarme los pantalones, estando borracho es más fácil, tener mis sentidos opacados por el alcohol lo hacen inadvertido, pero no he tomado ni una gota en días y juro que en este momento quisiera estar alcoholizado.

Scott cambia su mirada, una que solo una vez he visto, cuando me puse de rodillas ante él y le pedí que me dejara ir con mis padres. Dejo mis brazos resbalar y caigo en la cama, subo un pie a la cama y me resbalo sobre ella para introducirme más, dando pie a que pueda quitármelo y tomarme.

.

.

.

.

.

Pues ya está actuando de forma libre y sin alcohol!

Santa cachucha.

EL SONIDO DE TU VOZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora