SONIDO 3

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Me siento en el pequeño sofá que tengo, está viejo y si no me acomodo bien, lastima, uno de los resortes sobre sale, intento descansar un poco, me estoy atormentando al saber que debo ir a buscar trabajo, el alquiler debo pagarlo, más lo que debo, mi maldito rooming me ha abandonado y no cubro la cuota mensual.

Lo que más me atormenta es que me costó mucho trabajo conseguir este empleo, no terminé la carrera, mi padre me corrió de la casa cuando me peleé en la universidad, pero ya lo he dicho, no voy a dejar que nadie me humille, el hecho de no ser rico, a ningún riquillo le da el derecho a presumirme, hacerme menos o incluso insultarme por no ser de buena posición, pero el imbécil estaba en la misma universidad y no dejaba de joderme, y qué si yo era becado, al menos era más inteligente que él.

Debieron expulsado a los dos, pero no, su "papi" tuvo el dinero para sobornar al director, mi padre apenas podía pagar lo que conlleva a estar en una buena escuela.

Sé que se sintió orgulloso de mí, por no dejarme, pero el regaño no paró, seguía enojado y he aventado un par de cosas que por accidente lastimaron a mi madre... mi padre me corrió, así que no tengo un grado de estudios y mi reputación me antecede.

Busco empleo por cuatro días seguidos, nadie me llama, nadie ofrece nada, si no logro juntar el dinero me quedaré sin casa.

Es domingo y salgo de mi casa en busca de empleo, ayudo a alguien a meter unas cajas a la bodega, pero el maldito me corre, estoy que le miento la madre, pero intento controlarme.

-Amigo, solo busco empleo, intento ayudar.

El sujeto de mira de arriba hacia abajo, varias veces, no disimula su expresión de descontento.

-Demasiado delgado, agresivo, no te necesito.

-Soy fuerte.

Me descubro los brazos, los tengo marcados, pero bajo de inmediato la playera.

-Tienes cortes y marcas, ¿Te las hiciste jugando futbol? lo dudo, busca pleitos, los huelo a distancia.

- ¿Y no puedo cambiar? ¡Carajo solo quiero comer!

- ¡Lárgate, solo traerás problemas!

Y pasa lo que siempre cuando me etiquetan, me le voy a los golpes.

-Ahora te demostraré quién es más fuerte.

Tal como pensé, solo es pura grasa en un gran cuerpo, le doy varios golpes y ya que lo tengo en el suelo lo pateo reiteradas veces, no es hasta que dos tipos igual de grandes vienen a su rescate y es cuando salgo perdiendo.

Me quedo ahí tirado en la calle, golpeado, ensangrentado y quieto, la última patada, me dejó noqueado.

No es hasta que un hombre se acerca a mí y me ayuda a levantarme, acepto la ayuda y me deja sentado en la banca del parque que está enfrente de la bodega.

Me ofrece una botella de agua, la abro, tomo un sorbo, enjuago y escupo el agua, pura sangre es lo que aparece, vuelvo a hacer lo mismo un par de veces, el sujeto está sentado en la misma banca que yo, después me ofrece un pañuelo de tela, lo tomo, le pongo agua y sigo limpiándome. Cuando termino o eso intento, me acomodo mejor en la banca sujetándome el abdomen.

Levanto la mirada y no muy lejos en la banca de enfrente, está el mismo señor del restaurante, ese con mirada fría, no le había tomado importancia, pero tiene unos audífonos puestos, de los grandes, de los que envuelven las orejas, se le ve bastante extraño con ellas, pero lo que realmente me sigue impresionando es lo fría de su mirada.

- ¿Estás mejor? –Me pregunta el sujeto que está junto a mí.

-Sí, gracias.

- ¿Tienes a dónde ir?

-No soy un vagabundo.

-No insinúo que lo seas, para mí, solo eres un joven que está bastante mal herido. Solo hemos querido ayudar.

Levanto nuevamente la mirada al sujeto de mirada fría que se levanta y empieza a caminar.

-Estoy bien, gracias.

Me da su tarjeta cuando se levanta, yo lo observo y la tomo, se dirige al mismo lado del señor de mirada fría. Leo la tarjeta. Scott Williams, número telefónico, tarjeta negra, letras doradas y nada más. Quién es o a qué se dedica, no tengo idea, pero una vez que le da alcance al señor con mirada fría, dejo la tarjeta en el suelo una vez que la hago trisas.

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Vemos a Jan agresivo y visceral, lleva algo de tiempo buscando salir adelante, pero su problema no lo ayuda. 

Hoy conocemos un poco del señor Scott Williams, que está presente, pero a la vez lejano.

Gracias por leerme!!!

EL SONIDO DE TU VOZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora