¡Baelon Targaryen vive!
Alysanne Targaryen le prometió a Aemma Arryn que nunca se casaría sin amor y solo sería cuando ella lo deseara. Aunque su primo Viserys la persigue desde que tenía ocho años, ella no siente ningún interés por él. Su padre...
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Capítulo 8
Nunca había visto a su abuelo tan triste, siempre había sido un hombre fuerte, pero en ese momento parecía destrozado. La pira donde habían quemado el cuerpo de su abuela seguía encendida, las llamas empezaban a bajar y la mayoría de los señores ya se habían ido. Los únicos que quedaban eran su abuelo, su tío, su prima Rhaenys, Daemon y Viserys. Las cosas habían ido tan bien como se podía esperar y ella no podía esperar a que terminara. Rocadragón había sido su hogar durante el último año y sabía que no podría quedarse allí por más tiempo. El problema era que no tenía ninguna razón para volver a Desembarco del Rey y si iba a Nido de Águilas, Lord Yobert podría casarla con quien quisiera. Lo único que la había salvado hasta ahora era la promesa de su abuela.
— ¿Estás bien? — casi saltó al oír la voz, sin darse cuenta de que Daemon se había movido para ponerse a su lado. — Apenas te has movido.
— Estaba pensando. — le sonrió levemente. — Ya he empezado a hacer las maletas. Le enviaré una carta a Lord Yobert para avisarle de mi llegada.
Daemon frunció el ceño y la miró con expresión interrogativa. — ¿Por qué Lord Yobert necesitaría saber cuándo llegarás a Desembarco del Rey?
— No, me refería a cuándo llegaré al Valle. — sacudió la cabeza. — Necesitará saberlo para que mis aposentos estén listos y pueda enviar guardias para escoltarme.
— ¿Vas a volver al Valle? — parecía sorprendido, como si nunca se le hubiera ocurrido que ella se marcharía. — ¿Por qué?
— La única razón por la que estaba aquí era por invitación de la reina. — dijo, señalando la pira que aún ardía. — Ahora que ella ya no está, ya no tengo un lugar aquí.
— Pero no puedes irte así como así. — volvió a fruncir el ceño y miró a su alrededor. — ¿Qué va a pasar con Grey Ghost?
— Él vendrá conmigo.
— ¿Es una buena idea? — Daemon no parecía muy entusiasmado con la idea. — Grey Ghost es un dragón tímido y no le gusta la gente.
— Sí, pero hay lugares en el Nido de Águilas donde puede anidar. — Aemma se encogió de hombros. — Hay varias montañas y colinas donde puede anidar sin que la gente lo moleste.
— Sí, pero ninguno de ellos tiene el calor que a él le gusta. — Aemma intentó no sonreír ante las excusas de Daemon para que se quedara. — No entiendo por qué no puedes quedarte.
— Porque no creo que el rey lo permita. — su abuelo no estaba de humor para escuchar a nadie. — No está contento con el hecho de que yo haya reclamado a Grey Ghost, no creo que pedirle que me quede sea lo mejor que pueda hacer.
A su abuelo le costaba mirarla desde el momento en que la conoció. Por alguna razón, ella no entendía que él siempre se veía un poco triste y nostálgico cada vez que la miraba. Su relación con su abuelo no se parecía en nada a la que tenía con su abuela. Alysanne había sido dulce y cariñosa con ella, la había tratado como a alguien querido. A Aemma le había gustado el tiempo que pasaba con su abuela, habían hablado y paseado. Su abuela se había convertido en la madre que nunca tuvo, otra cosa que la entristecía era que ya no podría visitar la tumba de su madre.
