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Capítulo 43
1 mes después.
Daemon amaba el Norte, era mucho más liberador y menos reservado que el resto del reino. Había algún tipo de magia, especialmente en el Bosque de Dioses, que hizo que Daemon comprendiera por qué los Stark habían protegido su legado durante miles de años. Era increíble que el Norte fuera el único lugar que se había negado a perder sus costumbres y a sus dioses. Mientras que el resto de Poniente había decidido seguir a los Siete, los Stark y el resto de las casas del norte se negaron a convertirse y todavía trataban a los antiguos dioses como sagrados.
— Aquí hay paz. — Rhaenyra apareció a su lado y se quedó mirando el árbol corazón, con su extraño rostro. — Hay algo mágico en este lugar.
Daemon se colocó detrás de su esposa y la rodeó con sus brazos, apoyando la barbilla sobre su cabeza. — Estaba pensando lo mismo.
— Creo que esa es la razón principal por la que a nuestros dragones les gusta tanto estar aquí. — Daemon sabía exactamente a qué se refería. Caraxes y Syrax pasaban todo el tiempo en el Bosque de Dioses cuando no estaban cazando. — Ellos también pueden sentir la conexión.
Daemon sabía que a Rhaenyra también le gustaba el Norte, la había visto reír con las mujeres y hablar con ellas. Su pequeña esposa había logrado encantar a todos los hombres con los que entraba en contacto y Daemon había puesto los ojos en blanco por la forma en que parecían seguirla a todas partes. No es que los culpara, su esposa era hermosa y de aspecto exótico para la gente del Norte. El que más la amaba era Cregan Stark. A Daemon le divertía cómo el niño siempre la perseguía a ella o a él. El pequeño señor le había pedido a Rhaenyra que lo llevara a volar y Daemon nunca había visto a nadie sonreír tan grandemente como lo hizo Cregan cuando Rhaenyra aprobó su solicitud y lo llevó a volar en Syrax. Daemon sabía que Cregan Stark los apoyaría hasta su muerte.
Rhaenyra dejó escapar un suspiro de felicidad. — Mi madre está embarazada otra vez.
Daemon miró a su esposa antes de soltar una carcajada. — Pobre mujer, nuestro padre no piensa dejarla en paz.
— Creo que tiene suerte.— Daemon frunció el ceño. — Mi padre y ella se aman de verdad. Siempre quise que alguien me amara de esa manera.
La tomó por los hombros y la giró hasta que pudo verle la cara. Colocó un dedo bajo su barbilla y le levantó la cabeza hasta que sus ojos se encontraron. — Te amo de esa manera. Nunca he amado a nadie como te amo a ti y nunca lo hare.
Su dulce sonrisa apareció y sus ojos se suavizaron. — Yo también te amo.
La besó, no pudo evitarlo. Rhaenyra le había sido enviada por los dioses y no iba a perder ni un segundo con ella. Compartir todos esos momentos juntos había profundizado su vínculo, aunque Daemon no sabía que eso fuera posible. Era diferente conocer a Rhaenyra como su esposa, en lugar de como su hermana. Por la forma en que actuaba con las personas y la forma en que las atraía, Daemon podía decir que sería una excelente política. Había mucho de Aemma en ella, y su madrastra era una mujer muy inteligente. Fue gracias a ella que se deshicieron de los Hightower y evitaron que envenenaran a su padre. Tenía mucho que agradecerle a Aemma, pero lo más importante era haberle dado a Rhaenyra. No estaba seguro de qué haría sin ella.
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SILVER PEARL • HOTD •
Fanfiction¡Baelon Targaryen vive! Alysanne Targaryen le prometió a Aemma Arryn que nunca se casaría sin amor y solo sería cuando ella lo deseara. Aunque su primo Viserys la persigue desde que tenía ocho años, ella no siente ningún interés por él. Su padre...