¡Baelon Targaryen vive!
Alysanne Targaryen le prometió a Aemma Arryn que nunca se casaría sin amor y solo sería cuando ella lo deseara. Aunque su primo Viserys la persigue desde que tenía ocho años, ella no siente ningún interés por él. Su padre...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
~•~ Capítulo 45
Rhaenyra estaba acostada boca abajo en la cama, mientras esperaba que Daemon terminara de prepararse. Estaba cómoda y abrigada y aun así no quería levantarse. El Lord Comandante le había prestado un libro sobre la formación de la Guardia de la Noche y estaba completamente fascinada con él. Estaba completamente absorta en su lectura cuando sintió el peso de Daemon contra su espalda. Su esposo le apartó el cabello y le besó la nuca y el hombro.
Ella sonrió mientras su marido continuaba besándola. - Pensé que querías asistir al entrenamiento temprano hoy.
- Ese era mi plan. - le mordisqueó el lóbulo de la oreja antes de succionarlo con la boca. -Antes de que decidieras seducirme.
Rhaenyra se rió y giró la cabeza hacia un lado. - ¿Te seduje?
- Sí. - su mano ahuecó su barbilla y le giró la cabeza un poco más antes de tomar su boca en un beso sucio que hizo que su cuerpo ardiera en llamas. Ella le devolvió el beso y le permitió dominar su boca antes de que él se apartara un poco. -. Acostada aquí, luciendo tan sensual y hermosa. ¿Qué esperabas que sucediera?
Rhaenyra no dijo nada durante unos momentos, solo gimió cuando la mano de Daemon se metió debajo de su camisón y sus dedos separaron los labios de su coño. Respiró profundamente varias veces antes de poder hablar. - Esperaba que te controlaras.
- ¿Y qué tiene de divertido eso? - la penetró con dos dedos largos y se mordió el labio para evitar que se le escapara otro gemido. - Te encanta cuando no soy capaz de controlarme.
Ella simplemente disfrutaba lo que él estaba haciendo y decidió no responder porque él tenía razón. Una de las cosas que le encantaba de su marido era que no tenía ningún interés en controlarse cuando se trataba de ella. La follaba cuando le apetecía y ella no tenía ninguna queja al respecto.
- Eres tan hermosa y dulce. - retiró los dedos y le dedicó una sonrisa divertida cuando ella lo miró fijamente. - No seas codiciosa, esposa. Te daré lo que quieres.
Sus manos se movieron hacia sus caderas, ayudándola a levantarse hasta que estuvo de rodillas. Daemon se había bajado los pantalones y embestido dentro de ella antes de que tuviera tiempo de prepararse. Daemon se movió hasta que su cuerpo cubrió el de ella, sus manos en la cama a su lado cuando comenzó a moverse. Las manos de Rhaenyra se apretaron sobre las sábanas cuando él comenzó a embestir, su vientre se tensó con cada embestida. La humedad corrió por sus muslos y todo lo que pudo hacer fue gemir.
Las manos de Daemon se movieron, una tomó su garganta mientras la otra la envolvía bajo sus pechos. La levantó hasta que estuvo de rodillas y él se paró detrás de ella. La mano en su garganta apretó un poco, no lo suficiente para cortarle el aire, pero lo suficiente para que ella supiera que él estaba allí. Lamió el costado de su cuello, sus embestidas cada vez más duras y contundentes. Sus gemidos y gemidos se hicieron más fuertes a medida que se corrían al mismo tiempo. Su esposo la bajó sobre la cama y besó la parte posterior de su cabeza y cuello antes de salir de ella. Le bajó el camisón antes de arreglarse la ropa.
