19- Lo que nos enseñó Zahara

4.7K 197 13
                                    

TIEMPO PRESENTE:

- Quiero todos los detalles. Ahora, Violeta.

El sonido de la megafonía informando de un retraso en la llegada del siguiente tren resonó a través de los altavoces de su teléfono. Denna no tenía su misma suerte y trabajaba los fines de semana como cantante en uno de los restaurantes más conocidos de Newcastle, donde versionaba canciones en acústico que servían de banda sonora para las reuniones que allí tenían lugar. Aprovechando el tiempo de desplazamiento en transporte público había decidido llamar a la pelirroja para que le contara de una vez las novedades de los últimos dos días.

Esta suspiró, removiendo con desgana la espuma de su café, aún caliente. La llamada tempranera que no esperaba había conseguido que se le amargara en cierta forma el desayuno que por fin había tenido tiempo de prepararse con calma. Su madre, su hermana y Paula habían decidido pasar la mañana en un parque de atracciones, pero ella se había negado porque necesitaba parar, aunque solo fuera un día. Se sentía tan saturada emocionalmente esa semana, que pensar en aguantar largas colas de niños intoxicados de azúcar, sólo para montarse en las tacitas voladoras de Frozen se le había antojado prácticamente imposible.

- ¿Qué parte quieres escuchar? ¿En la que me manda a la friendzone o en la que canta su maravillosa canción cortavenas?

- Violeta Hódar, vas a contármelo absolutamente todo, tengo 45 minutos de camino hasta el trabajo, no intentes darme largas.

Lanzó un resoplido contra el cristal de su pantalla, sabiendo que no tenía escapatoria. Decidió que no merecía la pena resistirse más, si iba a tener que hablar del tema al menos que fuera rápido y sin dolor. Resumió los highlights de la noche de la playa y de la actuación de Chiara en "El Triunfo", guardándose para sí los detalles que le parecieron irrelevantes. Como lo nerviosa que se había puesto al verla con esa maldita guitarra, que le daba un aura de sensualidad que no conseguía explicarse. O cómo le habían temblado las rodillas, aun estando sentada, al volver a escucharla cantar. O lo mucho que había deseado acercarse a la mesa de la morena y sus amigos después de la entrevista con Manu, solo para ponerse de rodillas ante ella y borrar las huellas del paso de aquella lagrima rebelde sobre su piel.

- A ver a ver, rebobina. ¿Te dijo que quería pasar página de una vez?

- Eso, tú mete el dedo en la llaga Almudena, te estoy muy agradecida – el cansancio en su voz era evidente, ella misma llevaba reproduciendo la conversación en un bucle sin fin que se había extendido las últimas cuarenta y ocho horas, y siempre se detenía en las mismas frases, analizándolas sin quererlo.

- Que no, imbécil. ¿Es que no ves lo que eso significa?

- Ilumíname con tu sabiduría... - rodó los ojos hasta ponerlos en blanco, porque no estaba entendiendo el optimismo que detectaba en su voz.

- Hasta donde yo sé, si alguien necesita pasar página es porque aún no la ha pasado.

Denna escuchó el silencio al otro lado de la línea y sonrió con incredulidad. Violeta era una persona extremadamente inteligente, pero si se le plantaba cierta guiri delante parecía perder la capacidad de sumar dos más dos.

- Denna, no sigas. Tú también no – el momento de desconcierto inicial dejó paso a un enfado creciente que le hizo frotarse los ojos con desesperación.

- Sabes que tengo razón.

- Mira, lo último que necesito ahora es que me hagáis comerme la cabeza con tonterías. Mi madre, mi hermana y tú. ¿Qué parte de "lo que pudo ser y ya no será" no os queda clara?

Volvernos a encontrar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora