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Tal vez nunca debió de mostrarle esas cosas, sino lo hubiera hecho no estaría en esa situación. Pero ¿como decirle que no? Es que con tal solo mirar aquellos ojos castaños que le suplicaban que lo hiciera no podía negarse a su petición. Nunca pensó que una pequeña muestra, lo llevaría a eso....Había sido un idiota al pensarlo. Suspiró y terminó de responder a la carta para luego doblarla y entregársela al encargado de la tienda de correos.
—Es urgente —murmuró George observando al hombre de mediana edad quien le recibía la carta y asintió en respuesta.
El pelirrojo pagó el envío y salió del lugar topándose con el frio viento de diciembre. El callejón Diagon seguía igual de concurrido que de costumbre, magos y brujas disfrutando de la tarde visitando algunas tiendas o simplemente conversando mientras disfrutaban de un helado en Florean Fortescue. Y en ese momento, pensó en si ¿algún día podría estar con Mia disfrutando de ese lugar? Era lo que mas anhelaba y con ese pensamiento, deseó que todo saliera bien.
Se detuvo frente al número 93 del Callejón Diagon, manteniendo la mirada a la gran estructura mientras seguía con sus manos en los bolsillos de su pantalón, oyendo las risas y bullicio de alguna broma proveniente de Sortilegios Weasley. El local seguía igual de lleno que los primeros días de haber inaugurado y eso lo tranquilizaba y le daba una alegría genuina. Dió un pasó queriendo cruzar esos pocos metros para entrar, pero se detuvo mientras empuñaba sus manos reprimiendo el dolor que sentía al darse cuenta que su hermano no estaría allí esperándolo. Suspiró y giró para irse.
—¿De verdad no vas a entrar a saludar por lo menos?
La voz de Angelina lo hizo girar y observarla con algo de vergüenza y nervosismo por querer irse sin ser visto. La morena lo observó con una ceja alzada y falsa molestia, podía ver en su mirada lo feliz que estaba de verlo por lo menos, a pocos metros de la tienda.
—No era mi intención... —murmuró con algo de verdad en sus palabras y una pequeña sonrisa nerviosa —¿Que tal todo...por allá? —indicó con su cabeza hacia la tienda.
—Excelente...Seamus de verdad ha sido un gran aporte a la tienda —respondió la morena mientras agitaba su varita y enviaba las compras que llevaba en las manos, hacia el local que estaba frente a ellos.
George asintió y desvió su mirada a las bolsas de papel que entraban levitando hacia el local, para luego observar a su amiga quien le devolvía una mirada un tanto suspicaz.
—Me alegro. Seamus tiene unas muy buenas ideas —Angelina asintió —Pero...¿Que hay de tí?
—Todo bien, con un poco más de trabajo de lo habitual y no, no es solo por sortilegios —mencionó antes de que George pudiera decir algo —He estado retomando mi trabajo en San mungo.
—¿De verdad? ¿Por qué no me lo dijiste antes? Si necesitas dejar Sortilegios, puedes hacerlo no hay problema —La morena negó.
—Te prometí que te ayudaría el tiempo que fuera necesario, y aun no pretendo dejar el negocio. Variety necesita ayuda, más ahora que Seamus y Lee trabajan juntos...¡Por Merlín George! Si los vieras, es como haber vuelto a Hogwarts.
George rió débilmente recordando como Angelina era quien siempre ponía en orden al grupo cuando Fred, Lee y él mismo, hacían algún tipo de desastre.
—Debe ser fascinante —Su amiga rodó los ojos —Oh vamos Angie, sabes que el corazón de Sortilegios Weasley es la entretención.
—Lo sé... —murmuró. En ese instante una lechuza se acercó a George dejando caer un sobre con una caligrafía pulcra y ordenada. El pelirrojo tomó la carta mientras su amiga lo observaba con curiosidad y se acercaba a él leyendo el remitente
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Lavanda Para George [G.W]-«Fanfiction»
FanfictionSinopsis Han transcurrido tres meses desde la batalla de Hogwarts. Muchas vidas perecieron, y entre ellas esta la de Fred Weasley, la cual fue dolorosa para todos pero en especial para George su gemelo quien después de lo vivido, decide irse al Lond...