*Capítulo 18*

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La luz matutina se dio paso entre los espacios que las cortinas no alcanzaban a tapar, iluminando escasamente la habitación, pasando por el escritorio de madera, parte del suelo y paredes hasta llegar a los pies de la cama. Esta última se encontraba desecha, dando muestras que su dueño había estado sobre ella. Pero la soledad de la habitación no perduró por mucho tiempo. Los pasos de su dueño comenzaron a oírse cada vez más cerca, hasta aparecer en el lugar.

George Weasley entró a la habitación aun con rostro somnoliento, a pesar de que de su sien seguían cayendo algunas gotas de agua, recorriendo el largo camino hasta perderse en su barbilla. Su cabello mojado, provocaba que estas siguieran deslizándose sin parar por su espalda, pecho y abdomen.

Se acercó al ropero en donde buscó el atuendo que utilizaría ese día. Arrugó el ceño al observar las opciones que tenía. Giró su cabeza en dirección a la ventana y desde su lugar solo pudo observar un poco de nubosidad. Volvió a observar el ropero, pero esta vez ya más decidido. Tomó una playera blanca, una camisa a cuadros en tonos rojo y gris y pantalones negros. Comenzó a vestirse no sin antes, aplicarse un poco de locion y desodorante.

Seguramente si uno de sus hermanos hubiera visto su actitud esa mañana, más de alguna pregunta le hubieran hecho. Y es que despertar antes de tiempo solo porque su conciencia no lo había dejado dormir del todo, no era algo que le sucediera a menudo. Y mucho menos buscar la ropa adecuada. Desde siempre se ponía lo primero que encontraba, porque, de verdad, nunca le había importado del todo como se veía, esas cosas se las dejaba a Ginny y Percy; este último siempre fue el más pulcro y ordenado hasta para vestir.

Al estar listo, tomó una chaqueta café claro, se dirigió a su escritorio tomando la carta y guardándola en su bolso. Se dirigió a la entrada, tomó sus llaves y salió de su departamento. Al cerrar, su mirada se enfocó por un momento en la puerta en donde vivía Mia, para luego seguir su recorrido hasta los elevadores, los cuales, para su suerte, no había muchas personas esperando o saliendo de ellos.

Ya dentro del elevador, presionó el numero uno y espero que descendiera hasta el primer piso. Al llegar, caminó por el pequeño Lobby y saludo al conserje quien le sonrió.

Al salir al exterior, observó el clima y a pesar de que estuviera un poco soleado, el viento era frio, aconteciendo que el verano poco a poco se estaba despidiendo. Comenzó a caminar por las calles londinenses observando como algunos muggles corrían para alcanzar el autobús y otros caminaban de forma tranquila con su maletín o bolsos. Siguió su trayecto observando lo que la ciudad muggle le ofrecía, sinceramente había acertado en su decisión de vivir en el Londres muggle, era divertido y siempre había cosas nuevas que observar, como una tienda de pasteles.

Lavanda Para George [G.W]-«Fanfiction»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora