Hogwarts ya no era lo mismo, a medida que avanzaban por aquel nuevo pasadizo sentía que el bello de su nuca se erizaba. Estaba nervioso y no sabía por que. Caminaba con la cabeza gacha, siguiendo los pasos de Kingsley, su madre, padre, hermanos y cuñada. Todos ellos habían venido a luchar para que todo el horror se terminara de una vez.
Uno a uno fueron saliendo de aquel pasadizo, aquel lugar era la sala de menesteres. Fred le dio un pequeño codazo a George y este levantó la vista. Su hermano lo observaba con una sonrisa y este se la devolvió. Desvió su mirada y vieron a Hermione y a Ron, George corrió hacia ellos, seguido de Fred. A pesar de que muchas veces se llevase mal con Ron, el seguía siendo su hermano, y se preocupaba por él. Abrazó a Ron, después de meses sin saber de él, ahora estaba ahí sano y salvo.
Los gemelos Weasley junto a todos los demás, siguieron a Kingsley, se dirigían al gran comedor, en donde se encontraban todos los alumnos y profesores encarando a Snape.
George veía a su alrededor, la estructura del colegio era la misma, pero el ambiente era oscuro, y siniestro. Hogwarts ya no era el mismo a lo que recordaban los gemelos.
Al llegar al gran comedor, Harry comenzaban a encarar a Snape, ahora ya todos sabían que la orden del fénix, había llegado. La profesora Mcgonagall fue quién se batió a duelo contra el "director" de Hogwarts y el de manera "cobarde" desapareció del lugar, y con aquello, la segunda guerra mágica comenzaba.
Kingsley comenzó a dar órdenes, la estrategia era proteger el castillo lo más que pueda y así darle tiempo a Harry de encontrar el Horrocruxe. Solo quedaban los gemelos, Kingsley se dirigió a ellos y los designó a custodiar los pasadizos secretos. Fred y George corrieron, junto a sus amigos y ex compañeros de casa. Debían tener refuerzos.
(...)
La batalla ya había dado comienzo, los hechizos volaban en todas direcciones. Solo se escuchaban gritos y golpes sordos al caer al suelo. Todo era caos, todos querían vivir.
Fred se encontraba en duelo con un mortífago que era fuerte, pero él no era débil. Creía que se encontraba solo en aquel pasillo, hasta que escucho a su hermano Percy y una sonrisa apareció en su rostro.
—¡Hola, señor Ministro!, ¿Le he comentado que he dimitido?
—¡Bromeas Perce!—gritó Fred al mismo tiempo que aquel mortífago con quién peleaba se derrumbaba bajo un peso de tres hechizos aturdidores. Tickensses había caído al suelo y le salían púas por todo el cuerpo; era como si se estuviera transformando en una especie de erizo de mar. Fred miro a Percy con cara de regocijo.—¡Si Perce, estas bromeando! Creo que es la primera vez que te oigo explicar chistes, desde que...
En ese instante se produjo una fuerte explosión. Los cinco muchachos formaban un grupo junto a los dos mortífagos—uno aturdido y el otro transformado—, y en cuestión de una milésima de segundos, cuando ya creían tener controlado el peligro, fue como si el mundo entero se desgarrara.
(...)
Voldemort ordenó a sus mortífagos retirarse, y así lo hicieron. Durante esos pequeños momentos, todos se reunieron en el gran comedor. George caminaba a paso rápido, necesitaba ver a su familia y cerciorarse que estuvieran todos... vivos. Al llegar al gran comedor, buscaba a varias cabezas pelirrojas como él con la mirada, hasta que a pocos metros, los divisó. Estaban al fondo del comedor, con la cabeza gacha y abrazados, rodeando algo...o alguien. Trago saliva con dificultad para luego correr hacia ellos. El primero en verlo fue su padre, sus ojos estaban llorosos y su mirada era de profunda tristeza, quien al verlo, su semblante fue de dolor. George rápidamente desvió su mirada de su padre y la fijo al suelo. Aquello no podía ser posible, sus ojos le estaban jugando una mala pasada. Seguramente lo atacaron a la vista y ya no podría ver la realidad, de seguro tendría que usar anteojos como Percy. Pero al acercarse, ya no podía engañarse, su hermano, amigo, compañero y cómplice estaba muerto. Fred Weasley yacía en el suelo. Lagrimas comenzaron a salir rápidamente, tomo el cuerpo de Fred y lo movió desesperadamente para que despertase, pero nada sucedió.
—¡Fred Weasley, no es gracioso!—gritó George a la vez que sus padres y hermanos lo observaban entristecidos y rompían a llorar mucho más que antes—¡Es la peor broma que se te ha ocurrido!
La señora Weasley se arrodillo junto a George, lo abrazo de los hombros acariciándolo.
—George...mi pequeño—susurró ella—Tienes que ser fuerte, ¿Si?.—George levanto su mirada y abrazó a su madre, rompiendo a llorar desgarradoramente. La señora Weasley, le acariciaba la cabeza como cuando era niño.
—¿Cómo viviré mamá?,¿Cómo se hace, cuando tu otra mitad ya no esta?—preguntó el pelirrojo, observando los ojos de su madre. Tenían el mismo tono de color que los de él, y el mismo sentimiento de profunda tristeza se asomaba en su mirada.
La señora Weasley no supo que responder en ese momento. Ella sabía lo que era perder no a uno, sino, a dos hermanos. Los gemelos Gilderoy y Fabian, habían muerto en la primera guerra contra Voldemort, y ahora ella perdía a uno de sus hijos, pero George, a su compañero de vida. Ahora más que nunca la familia debía permanecer unida y ser mucho más fuertes que antes, eso le hubiera gustado a Fred.
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Lavanda Para George [G.W]-«Fanfiction»
FanfictionSinopsis Han transcurrido tres meses desde la batalla de Hogwarts. Muchas vidas perecieron, y entre ellas esta la de Fred Weasley, la cual fue dolorosa para todos pero en especial para George su gemelo quien después de lo vivido, decide irse al Lond...