*Capítulo 32*

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Las tardes en Londres eran cada vez más frías. George prefería la lluvia, así las temperaturas eran un poco más agradables con él. Pero aún así, siguió caminando junto a Mia por el centro de la ciudad, buscando adornos con temática de Halloween. No era difícil de encontrarlos, lo difícil era que ella se decidiera por algunos.

George suspiró mientras llevaba ambas bolsas en sus dos manos y Mia seguía observando el escaparate de la quinta tienda que vendían adornos para esa celebración, a la vez que su respiración empañaba el vidrio.

—Me gustan estos adornos. ¿Qué opinas?

George arrugó el ceño y se acercó a Mia por la espalda, tratando de observar de mejor manera el escaparate de la tienda.

Sintió como Mía se tensaba ante su acercamiento, pero él no se alejó y tan solo esbozó una pequeña sonrisa y continuo observando los adornos.

—Me gustan—murmuró con voz más ronca de lo habitual—Entremos—caminó hacia la entrada y al notar que Mía no lo seguía, se detuvo en la puerta—¿Vienes Anderson?

Ella parpadeó confundida, para luego observarlo y ruborizarse en el proceso. Escondió la mirada y asintió.

El local no era tan amplió, pero contaba con productos variados tales como: brujas, vampiros, calabazas, gatos negros, momias...En definitiva una variedad de adornos que a George le llamó la atención. ¿De verdad los muggles les gustaba esa festividad?

—Mira esto—anuncio Mía un tanto alejada de dónde se encontraba él. Se había puesto un sombrero de bruja con algunos brillos—Es muy lindo ¿No te parece?

George la observó y asintió pensando en que, si se hubiesen conocido en Hogwarts, de seguro hubiese sido una excelente bruja.

—Te queda lindo—Mia sonrió un tanto tímida—¿Qué te parecen estás calaveras? —continúo tomando una que tenía luces en los ojos—Podríamos colgarla en la puerta.

—Me parece bien—respondió con entusiasmo.

Siguieron observando adornos, hasta que se decidieron por algunos. George y Mia pagaron por los que les habían gustado a cada uno y salieron del local.

Ya estaba oscureciendo, las luces de la calle poco a poco comenzaban a encenderse al igual que las de los escaparates de las tiendas. El ruido de la ciudad los acompañaba en sus pasos silenciosos. El ruido de los automóviles y buses; las conversaciones de los transeúntes y por último el sonido del big ben indicando que ya eran las ocho de noche.

Al llegar al edificio, tomaron el elevador en donde algunos de los vecinos los saludaban de forma animosa.

—Conoces a bastantes personas—dijo George a la vez que el elevador continuaba su recorrido.

Lavanda Para George [G.W]-«Fanfiction»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora