Lavanda Para George [G.W]-«Fanfiction»

*Capítulo 5*

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Después de la visita de Jordan y Agelina, George siguió igual que de costumbre, no comía solo se limitaba a estar en su habitación y aquellos sueños y toques a su puerta, comenzaban atormentarlo. Cada día que pasaba, sentía que lo llamaban a todas horas y cuando se levantaba para abrirla no había nadie. Aun siendo un mago, haber leído y visto muchas cosas que los muggles encontrarían extraño, esto también lo era para él.

Luego estaban los sueños con Fred, los cuales además de hacerlo despertar de golpe y empapado en sudor, se agregaba el elemento de la lavanda. George nunca le llamó la atención las plantas, sabía algunas propiedades de ella solo para pociones, pero no iba más allá de saber solo lo primordial de la información, no como para llegar a soñar con aquella planta. Y Fred ¿Por qué aparecía rodeado de lavanda? A él nunca le gustaron las plantas.

George se removió en su cama arrugando el ceño, las preguntas e inquietudes no lo dejaban tranquilo y por más que su madre le diera "poción para no soñar", no podía beberla de forma frecuenta por tiempo prolongado.

¿Acaso su hermano nunca lo dejaría tranquilo? O ¿Quiere volverlo loco? George suspiró ante aquellas preguntas. Si Fred quería eso, de alguna u otra manera lo estaba logrando, sentía que en cualquier momento perdería la cordura, más aún cuando escuchaba cosas inexistentes. Y así pasó la noche removiéndose una y otra vez en su cama, caminando a la ventana de la habitación, esperando que el cansancio lo venciera y pudiera dormir o por lo menos tratar de descansar lo suficiente. Pero llego el amanecer y George seguía sin dormir, pasó sus manos por su rostro, sintiendo como todo el cuerpo le pesaba; no tenía ánimos ni fuerzas para levantarse y menos desayunar.

Se volvió acomodar en su cama, dándole la espalda a la puerta de su habitación por lo cual, no se percató de que la puerta se abría y entraba uno de sus hermanos.

—Buenos días Georgie.

George arrugo el ceño y se giró de manera brusca, observó a su hermano algo confundido quién le sonrió y se acercó a él.

—¿Qué haces aquí, Bill?

—Linda forma de saludar—George enarcó una ceja.

—No estoy de ánimo para...

—Nunca lo estas en verdad—lo interrumpió— Pero hoy deberás de hacerte el ánimo. —se sentó a los pies de la cama.

—¿Por qué?—Se sentó en la cama, observando con curiosidad a Bill, quién sonrió tímidamente.

—Si bajas a desayunar lo sabrás—respondió guiñándole un ojo, a lo cual, George respondió con una mueca.

—Prefiero dormir—dijo girándose y tapándose por completo con las frazadas. —Buenas noches Bill.

—Vamos George, necesitamos que estés presente.

—¿Necesitamos?

—Si, con Fleur