✩˚̩̥̩̥ La culpa˚̩̥̩̥✩

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¿Por qué herimos a quienes nos aman? A veces, en nuestra confusión o egoísmo, creemos que hay una razón válida para alejarlos de nosotros, empujarlos hacia el borde, hasta el punto en que no puedan volver. Pero no existe justificación suficiente para algo así. No importa cuántas veces digamos que no lo pensamos o que no fue nuestra intención, el daño ya está hecho. El dolor que hemos causado es real, tangible, y más que comprensible que esa persona, a quien tanto le importamos, ahora sienta que algo dentro de ella se ha roto al descubrir que alguien que amaba fue capaz de hacerle tanto daño.

Muichiro siempre creyó en Yuichiro. A pesar de todo, nunca lo dejó solo. Incluso cuando Yuichiro lo trataba con frialdad, cuando lo rechazaba o lo apartaba, Muichiro permanecía a su lado, ofreciéndole su apoyo en silencio, ayudándolo de maneras que Yuichiro ni siquiera percibía. Pero Yuichiro, cegado por sus propios temores, sus propias inseguridades, no pudo verlo. Él pensaba que Muichiro le había quitado lo más preciado: la atención de Giyuu. Y en lugar de enfrentar esos sentimientos de frente, en lugar de hablar y abrirse, dejó que el rencor se alimentara de él, que lo consumiera por dentro. Y, en su sed de venganza, terminó dañando no solo a Muichiro, sino a todas las personas que alguna vez lo apoyaron y lo quisieron.

Aiko siempre había estado allí para Yuichiro. Siempre dispuesto a hacer lo que fuera por él, incluso cuando implicaba cruzar límites que no deberían cruzarse. Lo había seguido sin cuestionar, había hecho lo que Yuichiro le pedía, confiando en que todo era parte de su lealtad y devoción. Pero nunca se imaginó que su lealtad sería utilizada de una manera tan cruel. Cuando Yuichiro permitió que se cometiera esa injusticia contra su propio hermano, algo en Aiko se rompió. La culpa lo consumía, lo destrozaba por dentro. Él solo quería ayudar, nunca pensó que su devoción a Yuichiro lo llevaría a ser parte de algo tan oscuro. Ver a Muichiro destrozado, llorando en sus brazos, hizo que Aiko se sintiera traicionado no solo por Yuichiro, sino también por sí mismo. ¿Cómo había permitido que esto ocurriera?

Sanemi, por su parte, amaba a Yuichiro con una intensidad que Yuichiro nunca llegó a comprender. Le amaba a pesar de sus defectos, a pesar de su frialdad, a pesar de sus acciones egoístas. Lo amaba con todo su ser, con una devoción que lo cegaba, que lo hacía soportar el dolor con tal de permanecer a su lado. Pero Yuichiro, cegado por su obsesión y su venganza, nunca vio cuánto lo amaban. Nunca comprendió la profundidad de los sentimientos que otros tenían por él. Y en su ceguera, siguió destruyendo todo a su paso, sin darse cuenta de que estaba empujando lejos a las únicas personas que realmente se preocupaban por él.

Aiko se sentó solo en la cafetería, las lágrimas cayendo lentamente por sus mejillas. El peso de su decisión de dejar a Yuichiro le apretaba el pecho, pero sabía que no podía seguir junto a alguien que había hecho tanto daño. La imagen de Muichiro llorando, gritando con un dolor tan profundo que parecía desgarrar su alma, se repetía una y otra vez en su mente. Había sido testigo de algo que nunca debería haber ocurrido, y eso lo estaba consumiendo. Se sentía vacío, roto. Todo había ido demasiado lejos, y se preguntaba hasta dónde más Yuichiro estaba dispuesto a llegar.

[...]

Giyuu llevaba horas buscando a Muichiro. Algo en el comportamiento de Muichiro ese día lo había inquietado. Durante días, había notado una tristeza en su pareja, algo oscuro que lo mantenía distante, pero ese día lo había visto demasiado animado, como si tratara de ocultar algo. Incluso había dicho cosas que no tenían mucho sentido, pero Giyuu, en su deseo de creer que todo estaba bien, había ignorado las señales. Sin embargo, la sensación de que algo estaba terriblemente mal lo abrumaba ahora.

Muichiro siempre era fácil de localizar. Su cabello largo y su presencia distintiva lo hacían destacar, pero esa vez, por alguna razón, Giyuu no lograba encontrarlo. Pasaron horas y la inquietud se transformó en angustia. Algo no encajaba. De repente, Muichiro había desaparecido, y Giyuu sabía que no era una simple discusión con su hermano lo que lo había llevado a esconderse. Había algo más, algo oscuro y profundo que había quebrado a Muichiro de una manera que Giyuu nunca había visto antes.

༄ᗷᖇꄲᖶᕼꏂᖇꇙ ꒒ꄲᐺꏂ༄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora