Capitulo 23

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Dagas en palabras.

Narrador:

El cielo agrietado y las nubes enfurecidas, la lluvia caía fuerte sobre el pavimento, provocando el fuerte sonido en la ventana. Así eran los días entre los castillos del infierno, no salía el sol y los días eran tan grises como los ojos de Vista Harcourt.

La esposa del heredero al trono, de largos cabellos rubios y ojos color tormenta, siendo perteneciente a la segunda casa y futura reina de todo el imperio. Cualquier mujer en su posición se sentiría en la sima, ya que ella es la única que se le asemeja al poder de la misma reina Selene Harcourt.

Aun con todo eso a su favor, nunca se le a visto sonreír, puesto que para ella misma, el mundo es una porquería que le ha pagado injustamente. Las puertas de su habitación se abren, las pisadas de Andras Harcourt se escuchan entre el silencio y la lluvia. Sentía a su marido acercarse ante ella, pero no se inmutó. Ya sabía lo que venía, decía estar preparada, pero la verdad es que no.

Las uniones entre demonios eran solo para la casa real, y este hecho se llevaba a cabo solo para que los herederos fueran puros y fuertes como para continuar con el linaje real. Pero Visha había sido una excepción, ella sí se había casado por amor, porque en el momento en el que vio al que sería su esposo, su corazón empezó a latir tan rápido que tuvo miedo de que se le fuera a salir.

Pero ya nada de eso importa… Él la había traicionado, y todo se había jodido, la había hecho mierda como siempre había sido, él nunca la quiso, aunque ella lo intentó, nunca la amó y nunca la amara. No sabe por qué su sorpresa, los demonios llaman el amor como un encadenamiento de sufrimiento, porque dicen, que quien ama paga el precio cuando más necesitado está, y aun así, los demonios si aman, pero estos son diferentes a los humanos, ellos solo pueden amar una vez hasta que mueren, y se dice que todo demonio incompleto encuentra su otra mitad algún día.

Pero la familia Harcourt no era así, lo suyo era poder y arrogancia, una familia de narcisistas que solo se aman a ellos mismos y que menos aprecian a los débiles. Una vez eres elegido para compartir la vida con un Harcourt, tu peor error solo puede ser amar a uno de ellos.

Andras se detiene detrás de su esposa, quien a pesar de saber que está ahí, no aparta sus ojos de la ventana.

—Dame la respuesta. —los ojos de Visha se cierran mientras intenta tomar la fuerza suficiente para no mostrarse débil.

—Es negativo. —respondió con monotonía y vació, pero solo ella sabía cuánto la herían sus propias palabras. Andras no opinó, solo se dio la vuelva para volver a irse, pero ella no podía seguir con esto, no podía soportarlo.

—Andras. —Visha se da la vuelta para verlo, esperando que el le dé la cara, que la enfrente.

—¿Necesitas algo? —la voz de su marido le causa escalofríos, la falta de sentimiento en su tono le hace recordar las frías noches de invierno.

—¿Por qué? —da dos pasos dudosos hacia él, temiendo en arrepentirse.

—¿Por qué me engañas a pesar de que te lo doy todo de mí? —el silencio llena la habitación, la tensión es tanta que podría ser cortada con un cuchillo.

Andras se da la vuelta para encararla.
Da dos pasos que provocan inseguridad en Visha, pero aun así mantiene su cabeza en alto.

—¿Todo? —preguntó con voz monótona.

—Tenemos cinco años casados y nunca me has dado un hijo. —lo dice con tanta calma que hace que le duelen aún más sus palabras.

—¡Eso no te da derecho a humillarme!

REDENCIÓN OSCURA (1# Trilogía Lazos Oscuros) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora