Lo que soy.
Morax:
La victoria es algo que siempre me a gustado saborear, aunque no lo haya demostrado en toda mi vida. Mi nacimiento fue un recurso de desesperación, otra busqueda fallida de aquella marca que decidirá nuestro futuro en este imperio.
A diferencia de mis dos hermanos mayores, yo no guarde rencores, Azael no tuvo la culpa de recibir el sello, pero el hecho de no tener la culpa no significa que sea merecedor. Siempre he sido el tipo de persona amante a lo que no conoce, las investigaciones científica, historias, las diferentes eras de nuestras imperio. A través de eso fue que supe sobre esta tiranía, nuestro imperio había cambiado tanto desde nuestros primeros lideres, y había quedado tan fascinado por su forma de gobierno que no se me ocurrió otra manera en la que se deba gobernar.
Sin embargo, sabía que nuestros padres no permitiría que las cosas fueran como antes, lo supe desde que permitió que una humana RT entrara en nuestro reino. Pero realmente no puedo negar que hay algo en su naturaleza que es cautivador, ya sea su físico o su forma de actuar, de alguna forma ella es una persona que pale la pena investigar. Pero de todas formas, eso no quita el hecho de que sea una humana entre demonios, algo impropio, sin explicación.
Pero ya nada de eso importa, porque por fin ya todo acabará, la tiranía Harcourt acabara y yo seré el nuevo gobernador al lado de la reina que me merezco, una mujer de verdad, Lilith Radcliffe.
Camino con las manos hacia atrás mientras aprecio con la mirada los pasillos llenos de guardias de mi propio poder. Llegó al lugar donde quería quedar, las puertas se abren ante mi logrando sacarme una pequeña sonrisa de satisfacción al ver la vista. Camino dentro a traves del concejo, las miradas me escanean con bastante sentimientos; odió, ira, tristeza, decepción, pero eso ya no me importa, ya he logrado lo que quiero y nadie puede hacerme cambiar de opinión.
—¿Qué está pasando Morax? —habla mi hermana menor mirándolo con confucio.
—Lo que debería pasar... —hablo de espacio, sin prisa, no tengo tiempo que perder.
Miro a los guardias que sostienen a Lilith y les hago una señal para que la suelten también.
—Ya te habías tardado. —se acerca a mi con una sonrisa y me besa delante de todos, la tomo de la cintura y sonrío con satisfacción contra sus labios. Todos están atónitos sin saber que está pasando.
—¡¿Da una maldita explicación Morax!? —habla Zargan indignado mientras nos mira a los dos.
Dejo a Lilith a mi lado y doy un paso hacia el frente, veo que ya a todos les han puesto los brazaletes que había ordenado. Mis labios se humedece antes de volver hablar.
—Familia... Lamento tener que informarles sobre mis planes de esta manera pero, realmente no creo que hubiera otra forma.
Los guardias los sueltan a todos, pero no se mueven.—¿De que estás hablando? —pregunto Zargan frunciendo el ceño.
—¿En serio? Creí que eras más inteligente que Azael, el no tardó mucho en darse cuenta. —todos palidecen alarmados.
—¿¡Qué le hicistes a Azael!? —me interroga Naamah.
—Lo que se merecía. —escupe Lilith con crueldad provocando rabia en los ojos de mi hermana.
—¡Eres el maldito traidor! —Zargan lleva sus manos a su espada, pero aún así mantengo la calma con una sonrisa inquietante.
—Si lo dices de esa forma suena feo. —respondo con un toque de humor.
—Llamemoslos mejor... ¿Salvador? —
—¿El salvador? —repinten con incredulidad y Naamah alarga sus uñas.
—¿¡Te parece estar salvando a alguien mal nacido!? —Zargan corre hacia mi con su espada, pero no puede tocarme, el brazalete lo tumba con una fuerza magnética hacia abajo inmovilizandolo.—Por cosas como estás es que este reino no progresa. —me alejo de ellos y bostezo cansado, tengo demaciado que hacer como para perder el tiempo aquí.
—Señor Harcourt, todo está listo. —esas palabras son como música para mis oídos. Vuelvo a mirar a todos los del concejo, ninguno dice nada y Naamah está al lado de Zargan tratando de socorrerlo.
—Les voy a dar dos opciones: o se unen a mi, o mueren por su ignorancia. Tienen hasta después de la coronación para pensarlo. —despues de esas palabras le doy la espalda a todos. Lilith me toma del brazo y junto a ella salgo hacia el lugar donde no me esperan.
Las grandes puertas se habrén paso para nosotros, ambos pasamos al frente con la cabeza en alto, admirando la vista desde arriba, todos los demonios que pueden existir estan aquí, primera, segunda y muy pronto tercera casa también. Puedo ver la confucio y el levantamiento de los murmullos de todos cuando me ven allí a mi, solo a mi. Sonrió, me encanta la forma en la que creo confucio e intriga en todo lo que me rodea, es un sentimiento placentero y exquisito de saborear.
—¡Queridos subditos! —hablo para que todos me oigan, manteniendo la fachada gentil y empática que buscan ver.
—Nuestro querido reino está perdiendo fuerzas, pues hay un traidor entre nosotros. —los demonios se miran confundidos, puedo ver cómo va despertando el caos poco a poco.
—Este traidor, es el portador de la bestia... Quien acabo con la vida de mi difunto padre y ahora también, difunto hermano mayor. —el caos por fin estalla. La gente está alarmada, algunos salen corriendo, otros están atónitos, pero la gran mayoría están paralizados en pánico.
—Pero no teman... —pongo mi mejor cara con sentimientos tranquilizadores, para que todos vean en mi lo que quieren ver, un salvador.
—Yo he acabado con la bestia, y me he proclamado su nuevo Rey. —Los murmullos sesan y la gente me miran sin creer lo que escucha, bajo el rostro, de forma que parezca que estoy destrozado.
—Nunca pensé... Que mi propio hermano, y guardian de una arma tan sagrada como lo es la bestia, la utilizaría contra nosotros. Estamos en crisis, pero si se unen a mi, podremos salir a adelante. —nadie dice nada aún, pero por sus caras se que he logrado meterme en sus cabezas.
—Yo velare por ustedes, así lo hubiera querido mi padre. —el lugar rompe en aplausos, me da gracia lo estúpida que es esta gente.
—Señor. —uno se mis guardias se acercan para hablarme solo para los dos.
—El portador de la bestia, la humana y algunos demonios más estan huyendo. —suspiro de espacio, nunca van aprender.
Saco un cigarro de mi bolsillo y lo enciendo, me doy una calada rápida antes de soltar el humo.
—Matarlos a todos. —digo sin expresión, pretendo ser un Rey justo, pero no blando, y todo aquel que conspire contra mi, morirá.
—La nueva era... A llegado.
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REDENCIÓN OSCURA (1# Trilogía Lazos Oscuros)
Misteri / ThrillerNo todo es lo que parece en el epílogo: En un mundo gobernado por demonios, donde los humanos sobrevivían no por poder o riqueza, sino por el valor de su sangre, la oscuridad reinaba en cada rincón. Las almas se perdían con facilidad en un ciclo int...