Capitulo 21

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Entre cuervos

Kira:

Por un pequeñito momento, llegué a pensar que quizás no era tan malo estar aquí. Claro, eso sí, tienes la protección de un príncipe de las tinieblas, cosas que no tengo porque me acabo de levantar y no está en la maldita habitación.

Prácticamente, estoy entre cuervos y el cuervo que me secuestro, me deja a la deriva sabiendo que todos quieren sacarme los ojos. Mi alma abandona mi cuerpo por un momento cuando escucho que tocan la puerta, no respondo, pero eso no le impide pasar, un demonio entra, es alto mide como algún metro ochenta, es pálido y tiene unos ojos color caramelo bastante bonitos, es atractivo y muestra un aura intimidante, está serio, pero, su marca en su muñeca no pasa desapercibida para mí.

Es de la primera casa y, al parecer, no es tan mayor, pero al mismo tiempo, no parece ser una persona débil. Leí que los débiles pueden subir de rango dependiendo su entrenamiento, pero si este demonio no tuviera la marca, no me daría cuenta de que nació en una clasificatoria de débiles.

—Señorita. —la voz grave del demonio me saca de mis pensamientos, dejándome en pánico. Si pretende atacarme, estoy perdida.

—Si me toca, Azael va…

—No voy a hacerle daño, señorita. —el demonio hace una ligera reverencia de respeto con la cabeza, se queda en su lugar con las manos hacia atrás.

—Mi nombre es Raum Thornton, señorita Bennett, soy uno de los subordinados de Lord Harcourt y me ha dejado al mando de su seguridad. —no respondo, procesando lo que se me acaba de decir. Como se le ocurre, déjame sola entre todos estos asesinos y aparte con uno de ellos.

—El señor me dijo que no había comido nada desde que llegó, desea algo para usted.

—No tengo hambre. —está loco si cree que comeré algo de este lugar.

—Entiendo que no confía en mí ni en nadie, pero si quiere sobrevivir aquí, debe tener carácter. —levanto el rostro para verlo, está serio, tiene los ojos tan intensos que me cuesta seguir mirándolo.

—No puedo comer la comida de aquí.

—Lo se, por eso el señor Azael dió la orden de mandar a buscar lo que usted necesite del lado de los humanos. —lleno mis pulmones de aire y me acerco a la orilla de la cama.

—Bien... Comeré algo entonces. —el demonio hace una reverencia y se acerca a la puerta.

—Espera... —me levanto.

—No... No sé vaya, no quiero estar sola y creo que es el demonio que mejor me cae.

Se da media vuelta para verme, me mira por unos segundos y luego me da una media sonrisa, una que puedo llamar... Menos macabra que la de Azael.

—Le pido que no diga eso en voz alta o el señor me cortará la cabeza. —sonrió ligeramente. Su tono es agradable a pesar de ser un demonio.

—Estare afuera en la puerta, debe vestirse y asistir a algo, por lo tanto, no puedo estar aquí, pero llámeme si necesita algo. —vuelve hacia la puerta y solo me queda suspira.

Nuevamente estoy sola en estás grandes paredes. Me dirijo al estante donde hay una prenda rojas la tomo y es un vestido algo parecido al de ayer pero este menos revelador, el rojo que tiene es tan intenso que ni siquiera puedo compararlo.

Es de un escote de corazón, con una fina tela transparente que le hace ver cuello de tortuga, es largo y tiene una abertura en el muslo derecho y va con una cadena de oro en este.

REDENCIÓN OSCURA (1# Trilogía Lazos Oscuros) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora