La salida

11 1 0
                                    

Vladis:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Vladis:

–La llamaré para verla esta noche. Tormenta está ansioso, pero no puedo darle el control. Tomo mi móvil y marco el número.

Ring, ring, ring

– ¡Hola! Azahia, tenemos que hablar de algo.

Azahia:

– ¡Hola! ¿Qué quieres, Vladis?

Vladis:

–Necesito hablar contigo de algo importante te veo esta noche a las 8 pm en el bar La Novena Puerta.

Azahia:

–Mmm, esta bien espero que sea algo importante.

Vladis:

–Cuelgo el teléfono, sabiendo que esta noche podría ser mi única oportunidad de librarme de la maldición que me ha estado atormentando. Pero es demasiado pronto para decirle las cosas; por ahora, solo me acercaré a ella. Necesito que Tormenta me hable.

–No puedo revelarle elarle por ahora mi verdadera naturaleza; es una humana y se asustaría. Además, no tengo las intenciones de darle el control esta noche a Tormenta es peligroso y podría destruir cualquier posibilidad de obtener su ayuda.

–Usaré un atuendo de color negro: unos pantalones negros, una camisa negra y un chaleco del mismo color junto con unas botas negras. Llevaré un gorro en mi bolso y el cabello suelto. No la quiero impresionar, ni más faltaba. Lo importante es pasar desapercibido y mantener las apariencias.

–Mientras me preparo, la noche cae rápidamente, cubriendo la villa que esta en la manada con un manto oscuro y pesado. La lluvia comienza a golpear las ventanas de mi  mansión , como si intentara advertirme de lo que está por venir. Ignoro el frío y continúo arreglándome, cada movimiento meticuloso, cada pieza de ropa cuidadosamente seleccionada. Debo parecer normal, uno más en la multitud.

–El reloj marca las siete y media. Es hora de salir. Me miro una última vez en el espejo, asegurándome de que mi apariencia no revele nada inusual. Mis ojos, reflejan una mezcla de estrés y frustración , son la única pista de la batalla interna que estoy librando.

–Salgo al encuentro con ella, pido que traigan uno de mis autos, la noche esta lluviosa, Tormenta es mi aliado y mi enemigo, un recordatorio constante de lo que soy y de lo que debo controlar.

– Al llegar al lugar acordado, la veo esperándome, su figura delicada destacándose bajo la tenue luz de un farol. Ella no sabe nada de lo que está en juego esta noche, y debo asegurarme de que siga siendo así, al menos por ahora.

–Me acerco, ofreciendo una mirada que espero sea suficiente para ocultar a Tormenta que ruge dentro de mí.

El odio del AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora